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Voto de Vivoleyendo:
7
Western Dos jinetes llegan a Dodge City persiguiendo a un hombre. Es el Día de la Independencia, y la gente se arremolina en torno al premio del concurso de tiro, un rifle único: el Winchester 73. Lin McAdam, uno de los forasteros, gana el concurso, pero uno de sus contrincantes se lo roba y huye. El rifle va pasando de mano en mano: de un traficante de armas a un jefe indio y después a un forajido. Mientras tanto, continúa la persecución. (FILMAFFINITY) [+]
6 de marzo de 2010
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mitos del Salvaje Oeste Americano reunidos en un western. La aparición ocasional del más duro sheriff que pisó aquellos territorios, Wyatt Earp, que a los veintitantos ya era respetado y temido por los maleantes de la zona donde él ejerciera su jurisdicción (en 1876 tenía sólo veintiocho años cuando fue destinado a Dodge City, Kansas, con lo cual se han permitido una licencia cronológica respecto a su edad, empleando a un actor maduro). Por otra parte, el protagonista es un rifle que hizo furor, el Winchester de 1873, un arma muy cotizada. Tanto, que cualquiera soñaba con poseer una.
Éste es un compendio de westerns de pistoleros expertos, un hombre en busca de venganza, otro que es el objeto de la venganza, un amigo leal, persecuciones por el desierto, rufianes que se hacen ricos vendiendo rifles de repetición a los indios, indios que pelean por su honor malherido y por su civilización agonizante, malhechores que asaltan bancos, una corista atractiva que se dirige con su prometido al rancho en el que quieren empezar una nueva vida, soldados del ejército de la Unión repartidos por el seco paisaje, tiros… Y un rifle que circula de mano en mano, sin auténtico dueño, aunque se lo ganara en justa competición Lin McAdams. El Winchester es un símbolo de la codicia material, del morbo de la muerte, del poder ilusorio, transitorio y traicionero del que muchos quieren apoderarse. Cayendo en malas manos, se sube a la cabeza y el incauto infame que cree ser su dueño sólo encontrará la perdición. El rifle de los rifles no se deja poseer por nadie que no sea digno.
Dará muchos tumbos por el desierto, buscando quizás al único hombre al que puede respetar.
Anthony Mann era perro viejo en este género y sus westerns huelen a genuina pólvora, tierra reseca, cactus, sudor de caballos y efluvios humanos en poblaciones obstinadas que no conocen la tranquilidad de un día sin disparos, riñas de borrachos, duelos sin cuartel, redadas ni robos. Uno tenía que ser muy aguerrido en el Oeste, si quería llegar al día siguiente.
Valientes y cobardes, honrados y tramposos, vanidosos y humildes, débiles y fuertes. El Oeste hacía su selección natural, cuando las leyes todavía eran un simple boceto que apenas unos pocos tenían agallas para cumplir y hacer cumplir.
El Winchester, casi como un ente animado, tendrá que elegir.
Y seguramente acabe eligiendo a quienes no lo persiguen como fin, sino como medio.
Vivoleyendo
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