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Voto de Vivoleyendo:
8
Drama. Cine negro Basado en una historia real. En 1932, Frank Wiecek fue condenado a 99 años de prisión por un crimen que no cometió. Doce años después, su madre, que limpiando pisos ha ahorrado 5.000 dólares, centavo a centavo, publica un anuncio ofreciendo ese dinero como recompensa para quien le dé la información que permita descubrir al verdadero criminal. Un escéptico periodista inicia una investigación. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2009
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cuántas ocasiones estamos convencidos de que algo es cierto o no... Nos formamos ideas preconcebidas sin conocer a fondo el asunto al que nos referimos.
Un periodista del Chicago Times que no cree en la inocencia de un hombre acusado de haber asesinado a un policía y que cumple cadena perpetua, poco a poco se irá involucrando y se meterá de lleno en una investigación para esclarecer los puntos oscuros que envuelven el caso.
Desde su escepticismo inicial en la inocencia del acusado, irá operándose en el periodista una transformación que le conducirá a la duda y, finalmente, a la certeza.
Los funestos hechos sucedieron en diciembre de 1932, once años atrás. Aquéllos fueron años muy negros para la ciudad de Chicago, que estaba dominada por la violencia, el hampa, los gángsters, la corrupción policial y política, el tráfico ilegal de alcohol que impulsó los negocios clandestinos de venta y distribución de bebidas alcohólicas (en los cuáles estarían implicados también policías corruptos y otros peces gordos, que seguramente harían la vista gorda y sacarían provecho), múltiples asesinatos (muchos de ellos sin esclarecer o resueltos de forma irregular), redadas... Una gran inseguridad ciudadana.
Más de un inocente pagó por los crímenes de otros. Y, en medio del baño de sangre que sacudía Chicago, muchos no tuvieron reparos en alterar hechos, emplear los prejuicios como arma y servirse de algún desgraciado como cabeza de turco.
Más de uno cumplió una inmerecida condena, no sólo arrojado a una celda de por vida, sino también al vituperio popular y al olvido. Sólo sostenido por la fe. Por la fe en su propia inocencia, y la fe de quienes lo amaban y conocían la limpieza de su alma.
Ahora, un periodista va a clamar públicamente para que se haga justicia.
Seguiremos al intocable James Stewart, uno de los mejores actores que han presenciado mis ojos, a lo largo de su implicación y su fascinante investigación y revisión del caso de una de aquellas personas que fueron gravemente salpicadas por una de las épocas negras que estremecieron los Estados Unidos en el siglo veinte.
Vivoleyendo
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