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Voto de Vivoleyendo:
7
Comedia Italia, siglo XVI. Petrucchio (R. Burton), un pobre pero obstinado caballero de Verona, va a Padua en busca de una esposa rica. Allí conoce a la temperamental, iracunda e intratable Catalina (Liz Taylor), que le impone todo tipo de condiciones para casarse con él. Cuando por fin accede, él se las arregla para convertir la luna de miel en una auténtica pesadilla con el fin de domeñarla. Cuando la pareja vuelve a Padua, Catalina ayuda a ... [+]
24 de julio de 2010
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El dramaturgo inglés más laureado de la historia, y la tormentosa pareja Elizabeth Taylor-Richard Burton se compenetraron mucho en esta comedia de enredos de Zeffirelli, que recrea “La fierecilla domada”, una sátira en la que la guerra de sexos, tal como podía ser entendida en Europa entre los siglos XVI y XVII, es el foco del que parte la acción, humorística, sarcástica, con esos ingredientes del absurdo que prima en las comedias de equívocos.
Zeffirelli cuidó la puesta en escena y dio vida al universo shakespeareano que tanto le gustaba trasladarse a países recurrentes en sus obras, como Italia. Dio vida a una Padua alegre y festiva y en ella situó la trama principal, la de Katharina y Petruchio, y la secundaria, con Bianca y Lucentio.
Un matrimonio que daba mucho que hablar a los medios, como fue el de Taylor-Burton, era que ni pintado para este argumento sobre la lucha de fuertes caracteres e ingenios entre un caradura de modesta aunque no despreciable condición social, y una rica heredera de muy malas pulgas. Katharina, de muy mal genio, avivado y exagerado intencionadamente por el hecho de sentirse menospreciada en el afecto de su padre, quien prefiere a la dulce y dócil hija menor, Bianca, ha encontrado en sus arrebatos de furia el desahogo para sus frustraciones. Al ser la mayor, carga sobre ella el peso de ser la primera en casarse, pero ella no soporta que le impongan a cualquier mequetrefe al que ella da cien vueltas. Se ha visto metida en el círculo vicioso de ser señalada por no tener una personalidad fácil y complaciente, y toda Padua se hace lenguas y se burla, ha perdido cualquier opción de tener pretendiente, y para colmo está la obligación de tener que casarse prácticamente por fuerza, para que su hermana pueda tener también su oportunidad. La presión de su situación le ha avinagrado el carácter, pues Katharina no puede evitar ser como es y le duele que se la desprecie sólo por no ser como los demás esperan que sea.
Ella libra cada día su batalla particular, rompiendo todo lo posible la paz del hogar, y desesperando a su padre, que no sabe qué hacer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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