En una era en la que varios gigantes cinematográficos como Disney-Pixar, Dreamworks y la Twentieth Century Fox compiten para crear las mejores películas de animación, a veces logran superarse a sí mismas. Parece difícil que, con tanto afán competitivo y tanta ansia por lucirse por encima de las otras, consigan crear productos de auténtica calidad. Pero lo cierto es que en ocasiones deslumbran. La Fox nos ofreció esta gran joya que es "La edad de hielo", que hizo disfrutar a todos los públicos y que ya es un clásico.
-La fotografía, muy pintoresca y ágil, con esos escenarios de los glaciares y con todos esos animales prehistóricos, mantiene nuestros ojos pendientes de la pantalla.
-El atractivo y la gran caracterización de los personajes: el mamut huraño y poco hablador, el perezoso paliza, caradura y filosófico, el tigre dientes de sable que va sufriendo una evolución y que no es tan fiero como parece, e incluso el simpático y enternecedor bebé. Pero, sin duda, la gran estrella es la ardilla obsesionada con almacenar sus bellotas. Cada vez que aparece, nos deleita con las escenas más surrealistas e hilarantes.
-El guión, que desarrolla un bonito y entretenido argumento, unos diálogos brillantes, unas escenas de acción muy absorbentes... Y que nos hace llegar un mensaje de paz, de tolerancia, de convivencia entre seres dispares que tienen muy poco en común, con todo el sentido del humor y la ternura que cabría esperar. En especial, la convivencia entre estas cuatro especies tan diferentes (mamut, perezoso, tigre dientes de sable y niño humano) da lugar a muchas situaciones memorables. Por no mencionar los gags de la ardilla, que introducen paréntesis en el argumento principal y que desarrollan una historia paralela.
Para pasar un rato muy, muy divertido y entrañable.