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Voto de Vivoleyendo:
8
Comedia. Musical Primera película de los inimitables y geniales hermanos Marx. Groucho es el director del hotel "Los Cuatro Cocos" que atraviesa dificultades económicas. Debido a una inminente quiebra, se procede a la subasta del hotel por parcelas, pero la cosa se complica con la llegada de Chico y Harpo, y el robo de un valioso collar. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2008
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut de los Marx en el cine sonoro se produjo con “The cocoanuts” o “Los cuatro cocos”. Hijos de inmigrantes alemanes y con ascendencia judía, Julius, Leonard, Adolph/Arthur, Herbert y Milton Marx (que adoptaron los nombres artísticos de Groucho, Chico, Harpo, Zeppo y Gummo) empezaron a destacar como músicos y cantantes, talento que les venía de la tradición familiar. Acostumbrados a las tablas y a las actuaciones ante un público, los Marx se curtieron en giras en las que sus espectáculos fueron evolucionando hacia una mezcla de humor disparatado y mordaz, y números musicales.
Habían estado representando “The cocoanuts” durante varios años, hasta que la Paramount trasladó la obra al cine en 1929.
Todas las películas en las que los talentosos hermanos intervienen juntos (Gummo fue el único ausente, y posteriormente también Zeppo abandonó los platós de cine), siguen más o menos argumentos similares, pero éstos no son más que trampolines para resaltar la explosión creativa, espontánea y delirante de algunos de los cómicos más laureados de la historia.
Que se desarrollen en un hotel en quiebra (como es el caso), o en una ópera, o en el Salvaje Oeste, o en un país imaginario, es algo meramente secundario. Por encima de esas urdimbres accesorias, acudimos a una colección de gags humorísticos inmortales, a imparables juegos de palabras, a escenas musicales de gran calidad, y a algunos de los diálogos más chispeantes, absurdos y descarados que hayan dado los guiones cinematográficos.
Una comedia de los hermanos Marx es una batidora gamberra, artística, desternillante, ácida, crítica y optimista. Es como asistir a un número de varietés donde te garantizan pura diversión y entretenimiento inteligente. Con ese aire característico de ingenua ligereza (que resulta no ser tan ingenuo), se colocan en el punto de mira grandes defectos sociales como el poder desmesurado del dinero, los prejuicios de clases, las conveniencias, los “amores” interesados, la superficialidad que lleva a muchos a fijarse antes en las apariencias que en su verdadera condición…
Cada película de los Marx es un universo tronchante repleto de irreverencias, de sana alegría, de soluciones surrealistas ante la adversidad, de finales felices y de socarrona ironía.
Además, también servían como puente hacia el estrellato a nuevos actores y actrices, y a talentos poco conocidos de la canción, que en ellas regalaban sus dotes para el canto.
Por no hablar de actrices fetiche como Margaret Dumont, que acompañaría a los hermanos en diversas ocasiones a lo largo de su carrera.
Pasen y vean… Y ríanse, disfruten de estupenda música y de gags que a menudo despiertan a ese niño travieso y despreocupado que llevamos dentro.
Vivoleyendo
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