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Voto de Vivoleyendo:
7
Comedia. Romance El director sueco Mauritz Stiller aborda una historia de relaciones amorosas entre varios personajes poco afortunados. (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un entomólogo ratón de biblioteca apasionado por las costumbres sexuales de los escarabajos descuida su propia vida sentimental y no presta demasiada atención a su vivaz esposa, con la que convive en una fraternidad más propia de hermanos que de un matrimonio. La falta de pasión entre la pareja es manifiesta. El señor Leo Carpentier anda pendiente de sus investigaciones y de sus bichos, y de una sobrina por la que está tan embobado como debería estar por su mujer. La señora Irene Carpentier, coquetona y risueña, alterna y flirtea con algún gentleman (bastante feúcho) de la flor y nata de la sociedad sueca, y es el objeto de los amores secretos de Preben Wells, un artista muy amigo de su marido, joven atractivo, idealista y honesto.
La comicidad reside en un socarrón tratamiento del matrimonio sin amor y de los dudosos votos de mantenerse juntos y fieles hasta la muerte. Los insectos que tanto apasionan a Carpentier muestran comportamientos muy variados en cuanto a la búsqueda de compañeros sexuales. Los hay monógamos, bígamos y polígamos. Tal como viene siendo la humanidad desde que existe, en función de los impulsos personales, de las costumbres y tradiciones socialmente admitidas, y de los tabúes que hacen que lo prohibido en cierta época y en cierto lugar sea tan llamativo y tentador.
El matrimonio es una institución quizás tan antigua como nuestra especie, aunque a lo largo de las eras ha adquirido múltiples y cambiantes formas y normas de convivencia. Ha habido y hay lugares donde lo normal es la poligamia, y otros donde se impuso la monogamia. También desde siempre la infidelidad y el adulterio acompañan a ese pacto.
Lo cual ofrece la evidencia de que comprometerse con otra/s persona/s no garantiza que la vida sentimental y sexual vaya a ser plena. La gente no siempre se une a la persona adecuada, no siempre se casa enamorada o, transcurrido un tiempo, el encandilamiento puede terminarse y entonces las cadenas del compromiso pesan mucho. Hoy día, desde principios del siglo veinte, el matrimonio se ha visto en diversos países desarrollados de una manera diferente a como se veía antes. En otros tiempos primaba el acuerdo de protección y manutención del marido con respecto a la esposa y los vástagos, la dedicación absoluta de ella al hogar y a su función de madre, y la constitución de una familia que perpetuase el legado generacional y el patrimonio transmitido de padres a hijos. Estar enamorados no era una prioridad, e incluso era considerado de mal gusto, porque lo sagrado al casarse era sacrificar los caprichos íntimos en favor de la respetabilidad.
Pero llegó un momento en que estos esquemas quedaron obsoletos y ya las nuevas generaciones se negaban a unirse a alguien sin que la primera condición fuese la atracción mutua y el amor. Incluso lo de “hasta que la muerte nos separe” parecía ya algo imponente, amedrentador. La vida era demasiado corta para malgastarla y volverla monótona con un “para siempre” equivocado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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