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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama. Romance La película relata la historia de Agnes Ahlberg y Elin Olsson, alumnas de secundario en el "insignificante" pueblo de Åmål. Elin es extrovertida, popular y ha estado con innumerables chicos, pero encuentra su vida exasperantemente aburrida. Agnes, por el contrario, es tímida y no ha conseguido hacer amigos desde que se mudó con su familia a Åmål hace un año. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2008
29 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juventud, divino tesoro... Pero que, con frecuencia, se transforma en un pozo cuyo fondo se encuentra tan abajo que a veces nos sumimos en una oscuridad completa.
Lukas Moodysson filmó la pura esencia de la adolescencia. El dolor, la angustia que conlleva ser joven. Pero también, sus descubrimientos y la búsqueda del yo.
Cuando veo a Agnes, cuando veo a Elin, recuerdo las épocas áridas de aquellos años tan difíciles. La juventud es la eterna envidiada y venerada, pero todo el que pasa por esa etapa sabe que no es un camino de rosas y que no todo es diversión y alegría.
Recuerdo las dificultades para integrarse en algún grupo, esas largas temporadas de sequía en las que era preferible la soledad a la insatisfacción de verse obligada a salir con gente con la que no se congenia. Recuerdo la sensación de ser considerada un bicho raro porque casi todo el mundo en el colegio y en el instituto parecía tener pandilla, excepto los pocos que no encajábamos. Recuerdo la maledicencia de los malintencionados (que por suerte no eran todos, sólo la típica morralla que suele haber en todos los institutos), los cuchicheos por las espaldas, el ir y venir en solitario, cargada con los libros y la carpeta, sorteando con la cabeza bien alta las masas entre las que solían abundar gandules de toda especie. Después de todo, yo fui afortunada y a mí solían dejarme en paz, porque no entraba en el juego de nadie. Yo me mantenía en un precario equilibrio en el margen, me hacía casi invisible y supongo que no reunía el suficiente interés para quienes iban buscando un objetivo al que acribillar. Otros fueron menos afortunados que yo.
Esa franja de edad imprecisa comprendida entre los doce y los dieciocho años puede llegar a ser una de las más traumáticas de toda la vida, y dejar dolorosas huellas que no se difuminarán completamente, por muchos años que pasen.
He sentido el dolor y la depresión de Agnes como si fueran propios. El terrible vacío de ser arrojada a un pozo negro. He sentido ese dedo acusador y cruel de la sociedad hipócrita e implacable, de esa doble moral, de la maldad que se ceba sin piedad en los que son proclamados por unanimidad como desheredados, desechos indignos de formar parte de la comunidad.
Y también he experimentado, como si fueran propias, las dudas de Elin. El modo en que, debajo de su fachada ruda y casi salvaje, lucha por brotar la dulzura que esconde, sus verdaderos y hondos sentimientos. Ella, prejuzgada bastante equivocadamente por el rasero de las borreguiles masas de instituto como la típica chica fácil y promiscua, también es víctima de la ceguera y la malicia colectiva, que es incapaz de percibir y aceptar que alguien se atreva a tener personalidad y sacar los pies del plato. Cuando Elin descubre en sí misma su naciente amor hacia Agnes, se debatirá entre su propia confusión, el temor al que dirán, la comodidad de dejarlo correr, y los gritos de su corazón enamorado, que reclaman su derecho a manifestarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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