Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Karlés Llord:
8
Drama En 1941, Barton Fink viaja a Hollywood para escribir un guión sobre el luchador Wallace Berry. Una vez instalado en el Hotel Earle, el guionista sufre un agudo bloqueo mental. Su vecino de habitación, un jovial vendedor de seguros, trata de ayudarlo, pero una serie de circunstancias adversas hacen que se sienta cada vez más incapaz de afrontar su trabajo. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El juego de las películas lyncheanas, una retórica minimalista de la composición espacial, con fuerte carga onírica, es hasta cierto punto igualado en esta pieza maestra de Joel Coen. Digamos que la diferencia entre las obras del Lynch maduro y Barton Fink no sería de grado sino de textura: equivaldría, en el orbe de las artes plásticas, a comparar Dalí con René Magritte.

El pensamiento limpio, la necesidad de hacer calzar las piezas de un rompecabezas ideal, dejando una sola caja negra, pero bien negra: un recipiente sellado que contendría las imágenes que el espectador quisiera poner dentro.

Un hotel desvencijado, un hombre ajeno a este mundo y, tabique por medio, otro hombre creador de otro mundo. Los infaltables clichés, la víctima judía vampirizada por el verdugo germano...

Pero, hacia el final, la composición magritteana perfecta de la última imagen, la película gana su textura inigualable y se enlaza con la imagen primera, garantizando la calidad circular de su 'tono'. Una pieza de hermosura extraña pero tenue, con escenas que buscan sutilmente evadir los lugares comunes y nos hacen presentir, con dulzura abismal, un posible MÁS ALLÁ del arte cinematográfico.
Karlés Llord
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow