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Voto de Karlés Llord:
7
Drama. Fantástico En la República de Miranda, imaginario país de Hispanoamérica que vive bajo la dictadura del General Abalorio, Arcibel Alegría, un periodista que escribe sobre ajedrez, es encarcelado por culpa de una confusión en la programación del diario en el que trabaja. Él, un hombre solitario y apolítico, empieza a conocer en la cárcel una realidad que le era completamente ajena. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película utópicamente sencilla, o sencillamente utópica. Siempre me han gustado las historias de juegos o libros que transforman súbitamente la realidad, pasando a convertirse en mitos culturales y congeniando el arte con la vida. Pero he de reconocer que por lo general, cuando esto ocurre, corre mucha sangre antes de que los esperados cambios sobrevengan.

No obstante, hay algo delicado y vivo en esta película, algo que me hace desear verla una y otra vez. Quizás la caracterización de los personajes (antológica la división de los reos en la prisión, entre trotzkistas, marxistas-leninistas y socialistas), la solidez de los parlamentos de Grandinetti, quien acoge su pena con una calma no exenta de refinado humor. También, las sesiones donde Arcibel y Pablo juegan a inventar un juego (para después jugarlo), un juego que se corresponda con el país en el que viven, la República de Miranda, nación imaginaria ubicada en todas las regiones de sudamérica y en ninguna, y dirigida por un dictador de apellido Abalorios.

Los aciertos del guión son múltiples y sutiles. La película me recuerda, así, a la manera amable y profunda a la vez, con que los chinos cuentan sus cuentos. Un cuento de hadas donde se muestra lo estrictamente necesario como hacer que -según la perspicacia de cada cual- el espectador sospeche la existencia de un maravilloso mundo tras las palabras.
Karlés Llord
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