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Voto de Karlés Llord:
5
Aventuras Antigüedad, Helenismo. Alejandro (356-323 a. C.), rey de Macedonia, comenzó a reinar a los veinte años. Se apoderó primero de Grecia y, después de conquistar el inmenso Imperio Persa, siguió avanzando hacia la India. Fue un gran estratega que nunca perdió una batalla, un visionario cuyos sueños, hazañas y destino dejaron huella en la Historia. Cuando murió, a los 33 años, había forjado un imperio sin precedentes en la historia. Los ... [+]
11 de abril de 2010
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta página, Filmaffinity, es un campo de batalla donde combaten los puntos de vista como saetas aladas, con más o menos veneno en sus puntas. El nombre, Filmaffinity, es totalmente desafortunado. Poco glorioso y heroico. Yo la llamaría Olimpia, o Bucéfalus.

Esta película es un rosario de estereotipos. El estereotipo funciona como modelo para conocer algo de la geografía y la balística de los pueblos antiguos. Pero nada nos dice de su psicología ni de los repliegues internos de su alma, ni de las imágenes que circulan por su sangre.

Echamos de menos, en estas superproducciones, la expresión a través del primer plano, las arrugas de los rostros antiguos, que eran los ríos y los declives de una geografía mítica, donde se fundían la leyenda y el sueño. Un rostro de Bergman o de Tarkovsky, podrían muy bien representar, con apenas una humilde flauta de fondo, los avatares de las victorias de Alejandro sobre Darío y los mil y un meandros de su ansia por lo desconocido. El elemento atemporal captado por la más frágil de las artes: el cine.

Falta, en estas superproducciones, el talento artístico para superar la americanización de las mitologías autóctonas. El héroe, en el momento indicado, da su discurso a lo Bush post 11-sept, ante 40 000 soldados, sin apenas un humilde micrófono. Esto puede tolerarse, siempre y cuando, por estos gatos pasados, se nos permitan algunas liebres.

Pero liebres, por ningún lado. El estereotipo trae lo desconocido a lo conocido, en vez de enviar la imaginación abierta a los confines distantes, enrarecidos, distanciados de nosotros por el espesor de los milenios. Las actuaciones se hacen para una cámara oculta, o para el noticiario estelar. Un afán de exhibicionismo se muestra siempre en estas superproducciones que corresponden en verdad a hipo-direcciones.

La entrada de los héroes a Babilonia es similar a cualquier regreso de soldados americanos desde Iraq, transmitidos por CNN. Ah, curiosamente los persas eran los iraquíes de entonces.

Al estereotipo visual se suma el conceptual. Las grandes guerras antiguas son vistas como viles reyertas de poderosos, y no como lo que en verdad eran: colisiones entre cosmovisiones, entre concepciones civilizatorias opuestas. Un gran filósofo, como Plotino, se embarca, el año 243, en el ejército del emperador romano Gordiano III contra los persas del rey Sapor, en cuyas huestes se sabe que marchaba Mani, fundador del maniqueísmo. Los poetas y filósofos respetaban las guerras como poesía viviente. Pero claro, eran tiempos en que el heroísmo era posible, cuando un hombre podía mirar a los ojos de su enemigo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Karlés Llord
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