No cabe la menor duda de que conceptualmente es un mamarracho impresentable, pero lo atractivo de estas cintas es que en sus bajísimas pretensiones cae simpática, máxime si tenemos en cuenta de que de tan delirante que resulta causa gracia y arranca alguna carcajada inclusive.

La historia no tiene el más mínimo asidero, sus premisas narrativas son tan improvisadas y descuidadas que causan risa.
También hay que tener en cuenta de que nada tiene de relación esta aparente “secuela” con la versión de 1979 dirigida por Tobe Hooper, sino que esta obra trata de reinventar el mito vampírico quitando algunas de sus características y agregándole otras (ridículas por cierto).

Muy de fondo, casi imperceptiblemente, se describe una especie de crítica hacia el mal comportamiento de la humanidad, trazándose un paralelismo comparativo con la especie vampírica. Pero obviamente que ello no llega a ser nunca efectivo dada la gran cantidad de disparates y de tosquedades que se describen en la chapucería imperante en el argumento (vampiros bebiendo sangre de vacas para reprimir sus deseos de hemoglobina humana, niños vampiros casándose, un anciano judío que anda persiguiendo nazis y que termina siendo un caza-vampiros, un antropólogo al que la comunidad chupasangre le solicita que escriba una especie de Biblia para comunicar al mundo de sus existencias y de sus filosofías de vida, etc)

Por lo demás:

* Cutres caretas y artículos de cotillón para dar vida a lo sobrenatural.

* Lenguaje soez desde los diálogos y algo de tensión sexual propia de la sensualidad vampírica.

* Un pueblo aislado para proporcionarle algo de sugerencia al relato, aunque la misma se diluye ante tanto absurdo desquiciado propuesto desde el guión.

En fin, es una película mala, nadie puede cuestionarlo… no obstante al menos puede caer simpática desde su impresentable confección narrativa, artística y técnica (tiene ese no se qué, lo cual sólo lo ostentan esas “cutrecintas” que se ríen de ellas mismas)