Es un producto medianamente aceptable desde su efectividad, genera y mantiene la intriga hasta el final, está bien adornado desde lo visual gracias a escenarios sórdidos y atrapantes, los climas son absorbentes y transmiten en forma sólida el sentimiento de desequilibrio propio de un filme con la enfermedad mental como temática principal, hay giros narrativos sorpresas que dan un importante realce a la calidad del guión en sí, no resulta para nada previsible, presenta al espectador en forma correcta la disyuntiva ambigua entre maniaco serial de la realidad o temática sobrenatural con fantasmas, hay un vigoroso ritmo narrativo para que la cinta no decaiga nunca en intensidad.

En contra: hay varias situaciones del relato que se presentan ilógicas y poco pensadas narrativamente, luego de que conocemos el quid de la cuestión no terminan de cerrar algunos detalles menores, las interpretaciones no son tan convincentes aunque tampoco son lamentables, Lance Henriksen está de carnada pero sólo dice dos o tres frases en todo el metraje.

En fin, no es la gran obra maestra, pero sí es un filme agradable de ver a pesar de sus desaciertos. A mi criterio, tiene peso y validez la propuesta en términos generales pues ostenta un desarrollo engañoso, genera intriga y se mantiene hasta el final, no aburre, está dignamente ataviada desde lo visual, y el desenlace al menos no es predecible aunque deje algunos baches sin respuestas lógicas.
No decepciona, pero tampoco se la recuerda por secuencias o características memorables.

Palabras claves: locura, esquizofrenia, temática sobrenatural, manicomio venido a menos, fantasmas, asesinatos, giros sorpresas, recovecos misteriosos.