La película combina al principio buenas dosis de suspense gracias a escenarios y situaciones sugestivas y desfavorables.
Así, tendremos al comienzo una road movie interesante, que va ganando intensidad gracias a la intriga que genera un accidente en un camino perdido en el medio del bosque y que tiene por protagonistas a dos jóvenes estudiantes.
Pero poco a poco, la cinta se estanca porque se transforma en una confusa propuesta donde fantasmas van y vienen por la zona sin ton ni son como si de una peatonal se tratara, un pasado que vendría a darle significado a todo el elemento sobrenatural que anda dando vuelta por la zona, y muchas variantes concatenadas en forma precaria que terminan dando por resultado un producto absolutamente descartable por falta de profundidad y por su barullo narrativo.
En fin, se puede rescatar los primeros 40 minutos del metraje porque la intensidad va creciendo con la ambientación y la sensación de desprotección. Pero hay un punto de inflexión donde la cinta se estanca y redunda en circunstancias poco efectivas, para luego caer en picada libre con un desenlace fallido que deja un sabor insípido, sensación muy frecuente en productos actuales del género terror.