Una cinta de terror clase B, un producto digno para el videoclub y nada más que ello.
Sus principales características:
+ Bien ambientada desde su recreación de época, desde sus oscuros y rancios escenarios internos de un barco de carga, y desde su siniestra y maloliente atmósfera.
+ Que goza de dos sólidas actuaciones (desde lo que una cinta de esta magnitud requiere):
# En primer lugar vale mencionar a la bellísima Carla Gugino, quien despliega toda su sensualidad y férrea convicción en su personaje de mujer de la noche con oscuro pasado.
# Y un escalón más abajo al británico Rufus Sewell, quien siempre supone una garantía en su desempeño escénico en este tipo de producciones de segunda clase.
+ Que posee una historia bastante ciclotímica, que de a ratos desarrolla elementos llamativos desde la intriga pero en otros pasajes se torna muy tópica y anémica de orquestación en la calidad del argumento como para enganchar del todo al espectador.
Le falta sustancia y definir sus propósitos como para que la cinta deje una sensación de mayor satisfacción al final, el giro del desenlace suena a muy rebuscado y no logra convencer.
+ Que no posee gran despliegue técnico desde sus efectos especiales, lo pocos que aparecen desnudan la escasez de presupuesto. Además hay que considerar que la cinta se desarrolla sin tanto exhibicionismo visual de efectos, sino que por su austeridad trata de sugerir lo truculento antes que mostrarlo con grandes pirotecnias.
+ Que posee en su historia personajes repulsivos que le confieren al filme un aroma a ambiente malsano y pérfido, lo cual coadyuva con el elemento sobrenatural propio de la sirena asesina que se centra en el nudo del conflicto narrativo.