Victor Salva pasó a ser un director a tener en cuenta tras presentarnos aquel cuento urbano de terror sobre una espeluznante criatura mitológica, Jeepers Creepers. Una década después, nos presenta "Rosewood Lane", nombre del barrio donde un joven repartidor de periódicos presenta un extraño comportamiento y comienza a acechar a una nueva vecina que se instala allí tras la muerte de su padre. La premisa es interesante, incluso la idea es buena, pero nos encontramos con una torpe dirección, mal casting, guión flojo y demasiados impedimentos para disfrutar de una idea que podía haber estado muy bien, incluso hay escenas rescatables, como la risa nerviosa y aterradora del repartidor o ese primer enfrentamiento con la protagonista... Decepcionante, totalmente innecesaria y no recomendable... poco bueno que rascar...