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Voto de travis braddock:
7
Serie de TV. Drama Serie de televisión (2016). 1 temporada. 13 episodios. La primera temporada está basada en la película "The Girlfriend Experience" de Steven Soderbergh, sobre una prostituta de alto standing de Chicago; Christine (Riley Keough) es una atractiva estudiante de derecho en prácticas que comienza a trabajar como escort para ganar un dinero extra bajo el nombre de Chelsea. La joven en seguida descubre un mundo de posibilidades como prostituta ... [+]
20 de agosto de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2009, Steven Soderbergh ("Traffic", "Ocean´s Eleven") estrenaba "The Girlfriend Experience", una aproximación al mundo de la prostitución de lujo ambientada en el inicio de la crisis económica de 2008 y las elecciones presidenciales estadounidenses. El tema de la prostitución ya se había tratado en otras ocasiones, hasta en filmes tan populares como "Pretty Woman", pero lo que tuvo de novedoso la producción de Soderbergh fue estar liderada en su reparto por Sasha Grey, entonces gran estrella del porno, lo que provocó cierta curiosidad y el morbo de unos cuantos que creían que iban a ver a Grey haciendo sus labores habituales en una cinta convencional, pero nada más lejos de la realidad.

Soderbergh no es precisamente Paul Verhoeven ("Instinto básico", "Showgirls") a la hora de enfrentar las bajas pasiones, como ya mostró en su debut Sexo, mentiras y cintas de vídeo, una película en la que de sexo básicamente se hablaba mucho más de lo que se mostraba. En "The Girlfriend Experience" sucedía algo similar, lo que no es malo en sí mismo (el que busque porno tiene toneladas en Internet), pero ese gusto de Soderbergh por intelectualizar y crear atmósferas frías, sumado a la falta de oficio de algunos intérpretes, convertía la experiencia en algo poco apasionante, ya fuera como crónica de un oficio que procura placer a cambio de dinero, ya fuera como retrato de una clase pudiente inquieta por el crecimiento de sus beneficios. Sin embargo, la historia demostraba potencial y el propio Soderbergh ejerce como productor de su adaptación a la televisión, con idéntico título.

Si decía que el enfoque de la historia en su versión cinematográfica era bastante frío y distante, esto se ha mantenido en su adaptación a la pequeña pantalla, que muestra un mundo tan inmaculado como deshumanizado, pero de una forma bastante más acertada. Si Soderbergh acababa incitando al bostezo, los “alma máter” de la serie, guionistas y directores de todos los episodios, Lodge Kerrigan (director de filmes como "Keane" y de episodios de series como "The Americans" o "Bates Motel") y Amy Seimetz (actriz en varias producciones para cine y televisión, como "The Killing", y que aquí interpreta además a la hermana de la protagonista), dejan claro desde el principio que el universo en el que se mueve su protagonista es digno de revista de decoración con gusto por lo más moderno, pero carente de pasión.

Casi toda la acción se desarrolla en interiores lujosamente diseñados, ya sean apartamentos, restaurantes, hoteles u oficinas. Lugares muy parejos entre sí, en los que entra la luz a través de grandes ventanales, pero con unas tonalidades frías que apenas iluminan las estancias y en las que los personajes se mueven en penumbra, como almas en pena en un purgatorio vanguardista, alejados del resto del mundo. Christine es la que introduce al espectador en esos espacios donde el calor apenas tiene cabida, como reflejo de unas relaciones emocionales vacías, donde todo se compra y se vende y la verdadera interacción es casi un síntoma de debilidad. La propia Christine es retratada como alguien a quien le gusta recibir atención, pero con dificultades para crear lazos con el resto de la gente y con unas cuantas dosis de egoísmo bajo su fachada tímida. Ella empieza a ser “novia de pago” por la búsqueda de nuevas experiencias, de encontrarse a sí misma y también por el dinero que es capaz de ganar, para lograr un estado en el que no tenga que depender de nadie.

A lo largo de los 13 capítulos de la primera temporada Christine se irá citando con diversos clientes, todos ellos adinerados, algunos majos y comprensivos y otros que la ven como una esclava que debe seguir sus órdenes por haber cobrado su dinero. Tras el desconocimiento inicial, ella irá aprendiendo el mejor modo de tratar con cada uno de ellos, para servirles de descanso o desahogo de sus miserias, para comprobar que bajo esas fortunas hay hombres quebrados, con problemas que no puede resolver el dinero. La única relación en la que no medie el dinero será la que mantenga con David (Paul Sparks, el escritor inquieto de "House of Cards"), su jefe en el bufete de abogados en el que hace sus prácticas. Una relación que también acabará viéndose afectada por el dinero, en este caso por unos oscuros intereses en un caso de la empresa que ella investigará, en la que es la subtrama más floja de la temporada, donde parece que la serie se pierde del objetivo inicial. Y es que lo verdaderamente interesante es observar a Christine haciendo su trabajo como prostituta de lujo, sus sentimientos ante ello y las reacciones de sus clientes y de sus seres cercanos. Afortunadamente, parece que Kerrigan y Seimetz se dan cuenta de ello y en los últimos episodios recuperan el buen pulso de los iniciales, siendo los dos últimos sensacionales, con Christine comprobando de primera mano cómo sienta en su familia su dedicación y con un cliente que quiere reproducir una curiosa fantasía.

Todos los actores cumplen muy bien en sus papeles, pero hay que destacar a una espléndida Riley Keough (hija de Lisa Marie Presley y nieta de Elvis, vista en cintas como "Magic Mike" o "Mad Max: Furia en la carretera"), que dota del adecuado aire perturbador a Christine. Una vez vista la temporada nos queda una sensación contradictoria con ella, de no estar seguros de si es alguien que complica la vida de aquellos a los que se acerca o si es una mujer que hace lo que puede en un mundo de hombres para conseguir su independencia. Un aire perturbador que amplía la fría puesta en escena de Kerrigan y Seimetz y la música de Shane Carruth ("Primer"), a veces más propia de una producción de suspense que de un drama, que es donde mejor funciona "The Girlfriend Experience". Una serie recomendable, que no pretende excitar muchas libidos y que dibuja un panorama muy gris en cuanto a lo que somos: seres solitarios esperando encontrar una conexión, aunque sea pagando, como pagamos hoy día por tantas otras cosas.
travis braddock
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