FA
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Voto de Teresa:
9
5,4
5.435
Terror. Thriller
Harper, una adolescente que acaba de romper con su novio, decide salir de fiesta con sus amigas en Halloween. Aunque la noche no pinta demasiado bien, pronto entabla conversación con un atractivo joven que despierta su interés. Se juntarán así varios jóvenes que deciden entrar en una casa encantada que promete ofrecer una experiencia extrema a base de explotar sus miedos más profundos. La noche se volverá mortal cuando se den cuenta de ... [+]
5 de enero de 2020
36 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta está co-escrita y co-dirigida por Beck y Woods (Un Lugar Tranquilo) y producida por el siempre polémico Eli Roth (Cabin Feber, Hostel), famoso por sus escenas sangrientas, violentas y con mucha casquería. Es de agradecer haber notado la larga mano de Roth, pues la película no se queda corta en cuanto a todo lo nombrado anteriormente. Protagonizada por Katie Stevens (The Bold Type), que nos sorprende con este papel, ya que nos tiene acostumbrados al de la serie de Amazon –bastante mojigato- acompañada por Will Brittain (Kong: Isla Calavera), Lauren McClain (miembro del grupo de Pop y R & B grupo de chicas) o Andrew Cladwell (Miedo a Morir, Confesiones de un Mujeriego).
Tenemos un Slasher de los buenos y respetando todas las reglas –como le gustaba al bueno de Craven- pero mejor llevada a la gran pantalla –sin contar Scream-. Claro que el señor Craven nunca colaboró –que yo sepa- con un Eli Roth que le diera más caña y seriedad al asunto. Aún así, es de agradecer que la película respete el subgénero y que –yo- al menos, me lo haya pasado bien y la haya disfrutado como hacía años que no me pasaba. Aquí no hay comedia que valga –algo que últimamente se lleva mucho y que a mí no me molesta- pero volver al «origen» es un honor. Esto es un festival de sangre, de carne, de vísceras. Sientes el sufrimiento de los protagonistas, su miedo, sus dudas. No hay JumpScare, solo música sin subir de tono y la propia tensión del metraje. ¿Es todo un juego? ¿Es real o son trucos para Halloween?
Tenemos un Slasher de los buenos y respetando todas las reglas –como le gustaba al bueno de Craven- pero mejor llevada a la gran pantalla –sin contar Scream-. Claro que el señor Craven nunca colaboró –que yo sepa- con un Eli Roth que le diera más caña y seriedad al asunto. Aún así, es de agradecer que la película respete el subgénero y que –yo- al menos, me lo haya pasado bien y la haya disfrutado como hacía años que no me pasaba. Aquí no hay comedia que valga –algo que últimamente se lleva mucho y que a mí no me molesta- pero volver al «origen» es un honor. Esto es un festival de sangre, de carne, de vísceras. Sientes el sufrimiento de los protagonistas, su miedo, sus dudas. No hay JumpScare, solo música sin subir de tono y la propia tensión del metraje. ¿Es todo un juego? ¿Es real o son trucos para Halloween?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Dice uno de la casa que «allí son un poco radicales».
Harper (Stevens) y Bailey (McClain) son amigas y compañeras de piso. Después de que Bailey se da cuenta de que el novio de Harper ha pegado a su amiga, decide convencerla para salir en Halloween e ir a una fiesta para encontrarse con varios amigos, Ángela y Mallory, a los que se unen dos chicos, Nathan y Evan. Pronto deciden ir a alguna de las muchas Casas del Terror que hay por la zona en esa fecha para pasar un rato divertido. Pero Harper cree que les sigue la camioneta de su novio y terminan desviándose del camino. De repente se enciende un cartel que les invita a entrar en una Casa del Terror. Allí unas personas disfrazadas y con unas inquietantes máscaras les piden que dejen los móviles en una caja y que sigan las normas al entrar para que todo salga bien. Harper es la más desconfiada, pero después del espectáculo inicial (donde parece que matan a una chica) la cosa se va relajando, pensando que es parte del juego. Así que continúan, pero, como no, deben separarse -ir a lo seguro, sin sustos- o elegir el mal camino. Como buena película de terror todo empieza a complicarse, pero sin prisa, sin música que nos sobresalte. Los directores utilizan más las imágenes, juegan con el espectador, crean tensión. Cuando Bailey mete el brazo para tocar, supuestamente, algo asqueroso, ni siquiera es consciente de que le están cortando el brazo con cuchillas. En ese momento empieza a apoderarse el miedo, sospechando que el tema no es broma. Mientras, el grupo que acompaña a Harper se ha metido por unos túneles. En ellos se pierde Mallory. Cuando todos se reúnen se dan cuenta de que corren peligro, no solo por el brazo de Bailey, sino porque un enmascarado les muestra la muerte real de Mallory. Aquí empieza la verdadera diversión para todos nosotros. Nathan logra encontrar uno de los móviles que irónicamente es de Harper y este envía la localización al novio, que, por supuesto, estaba por la zona porque sí estaba siguiéndolos. Al final todo se convierte en una carrera por la supervivencia. Como ya sabemos los adictos a estas cintas la Final Girl tendrá que escapar y matar por el camino. Escenas como la del novio medio muerto -y Harper pasando de largo- son brutales, pero también la de la Scape Room, con la música de la caja y la llave que al final –y como era de esperar- no va a abrir la puerta para poder salir. Pero Harper, con ayuda de Nathan, logra escapar, matando a todos los que se cruzan en su camino (muertes muy bestias, por cierto). Ya en el hospital –y como no podía ser de otra manera- Harper se da cuenta de que uno se ha salvado y que tiene la dirección de su madre. Un final con «toma de tu propia medicina» era lo adecuado y lo esperado. Muy Eli Roth todo.
Violenta, sangrienta, engañosa y con Final Girl. Es perfecta.
Un trabajo excepcional de actores. Una fotografía perfecta y sin excesos, un guion sólido y gracias a la banda sonora, Haunt se convierte en una obra casi redonda de este género.
Muy recomendable.
Harper (Stevens) y Bailey (McClain) son amigas y compañeras de piso. Después de que Bailey se da cuenta de que el novio de Harper ha pegado a su amiga, decide convencerla para salir en Halloween e ir a una fiesta para encontrarse con varios amigos, Ángela y Mallory, a los que se unen dos chicos, Nathan y Evan. Pronto deciden ir a alguna de las muchas Casas del Terror que hay por la zona en esa fecha para pasar un rato divertido. Pero Harper cree que les sigue la camioneta de su novio y terminan desviándose del camino. De repente se enciende un cartel que les invita a entrar en una Casa del Terror. Allí unas personas disfrazadas y con unas inquietantes máscaras les piden que dejen los móviles en una caja y que sigan las normas al entrar para que todo salga bien. Harper es la más desconfiada, pero después del espectáculo inicial (donde parece que matan a una chica) la cosa se va relajando, pensando que es parte del juego. Así que continúan, pero, como no, deben separarse -ir a lo seguro, sin sustos- o elegir el mal camino. Como buena película de terror todo empieza a complicarse, pero sin prisa, sin música que nos sobresalte. Los directores utilizan más las imágenes, juegan con el espectador, crean tensión. Cuando Bailey mete el brazo para tocar, supuestamente, algo asqueroso, ni siquiera es consciente de que le están cortando el brazo con cuchillas. En ese momento empieza a apoderarse el miedo, sospechando que el tema no es broma. Mientras, el grupo que acompaña a Harper se ha metido por unos túneles. En ellos se pierde Mallory. Cuando todos se reúnen se dan cuenta de que corren peligro, no solo por el brazo de Bailey, sino porque un enmascarado les muestra la muerte real de Mallory. Aquí empieza la verdadera diversión para todos nosotros. Nathan logra encontrar uno de los móviles que irónicamente es de Harper y este envía la localización al novio, que, por supuesto, estaba por la zona porque sí estaba siguiéndolos. Al final todo se convierte en una carrera por la supervivencia. Como ya sabemos los adictos a estas cintas la Final Girl tendrá que escapar y matar por el camino. Escenas como la del novio medio muerto -y Harper pasando de largo- son brutales, pero también la de la Scape Room, con la música de la caja y la llave que al final –y como era de esperar- no va a abrir la puerta para poder salir. Pero Harper, con ayuda de Nathan, logra escapar, matando a todos los que se cruzan en su camino (muertes muy bestias, por cierto). Ya en el hospital –y como no podía ser de otra manera- Harper se da cuenta de que uno se ha salvado y que tiene la dirección de su madre. Un final con «toma de tu propia medicina» era lo adecuado y lo esperado. Muy Eli Roth todo.
Violenta, sangrienta, engañosa y con Final Girl. Es perfecta.
Un trabajo excepcional de actores. Una fotografía perfecta y sin excesos, un guion sólido y gracias a la banda sonora, Haunt se convierte en una obra casi redonda de este género.
Muy recomendable.