Aprobado raspado por la crítica -de nuevo- para el director Jeff Aadlow (Cry Wolf, 2005). Aunque en este caso la película es bastante pasable. Ya sé que el Slasher está muy gastado, pero por eso mismo esta cinta se merece más nota. Los quince primeros minutos son los más aburridos o lentos, después el guion se vuelve ágil y ya no puedes dejar de verla. Que sí, es una mezcla de The Ring y de Destino Final, pero el cocktel funciona bien. Los actores trabajan muy correctamente o al menos hacen lo que se espera de ellos. La que menos convence como protagonista es Lucy Hale (Olivia), que aunque lo hace muy bien en Pequeñas Mentirosas parece que no ha logrado salir de ese papel -y no es la única-. Hubiera estado mejor Violett Beane (aquí Markie). Tyler Posey (Lucas) sigue también en la línea de Teen Wolf. La fotografía y ciertas escenas están fenomenal, con unos efectos especiales que no se pasan en ningún momento, lo que se agradece. No se hace larga y pasas un buen rato. No hay miedo, ni sustos extremos para los más sensibles, ni un exceso de gritos. La película no logra el nivel de Cry Wolf -también con una nota baja, aunque aprobada- ni a nivel actoral, ni de guion -mucho más original y con actores con más gancho y química en la de 2005- pero entretiene. Recomendable para aquellos que no gusten de sangre, vísceras y casquería.