Yella va a tomar el tren desde su pueblo hacía Hannover, una urbe industrial, allí la espera la promesa de un nuevo empleo. La nueva ciudad le abrirá la puerta al mundo de las finanzas y la obligará a sacar la versión más calculadora y fría de sí misma.

El director le dió a los escenarios y a la puesta en escena un papel trascendente en la película, los usa para retratar una sociedad desoladamente fría, sobría y realista.

Harun Farocki figura como supervisor de guión de esta película, y esto nos lleva inmediatamente a pensar en su documental "Nicht ohne Risiko" (2004) donde filma las negociaciones entre una empresa que necesita inversores y una sociedad de capital de riesgo, sin duda esta experiencia está puesta en las escenas de negociaciones que vemos en "Yella".

Es una película que genera incertidumbres y que con tintes paranormales plantea una potente crítica al consumismo y al mundo de los negocios.