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España España · A Coruña
Voto de Puercoespín:
6
Drama Don Lope ha acogido a Tristana en su hogar para cumplir una promesa hecha a sus padres. Pero la joven es muy hermosa y se convierte en la obsesión del anciano, que a fuerza de tiempo y de paciencia consigue sus favores. Sin embargo, cuando ella conoce a un joven pintor que la enamora, decide cambiar radicalmente el rumbo de su vida. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2010
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenos ingredientes, elaboración y presentación, pero... sabe a poco. Todo un retrato de un personaje, Don Lope, indisociable de la buena actuación de Fernando Rey y para quien en su vejez Tristana es su cielo y su infierno en vida. Para nosotros ella resulta ser el cuchillo que nos permite ir arrancando las capas de Don Lope para poder apreciar todo su cinismo o doble moral y mostrar la contraposición (y evolución) del galán respetuoso, sin apego al dinero, con sólidos principios e ideales liberales.

Tampoco Tristana está exenta de, cuando menos, dudas. Su juventud, y desamparo la llevan a los brazos de Don Lope que conjuga la doble figura de padre y esposo. El tiempo hace crecer en ella el desprecio por éste. Su vuelta ante la enfermedad, de la que intenta culpar a su joven amante para evadir su responsabilidad, permite representar el principio que años atrás Don Lope con toda serenidad empleaba para justificar su prohibición de pasear sola por la calle. La mujer debe estar en casa con la pata quebrada...

Me resulta extraño durante toda la película la incongruente evolución temporal. Los saltos necesarios por el paso de los años son bruscos en exceso, dando por hecho situaciones que no han sido evolucionadas, exigiendo una complicidad excesiva por parte del espectador. Hechos como la encandilación de Tristana con el pintor no resultan creibles y son resueltos de manera deficiente, como con desinterés, prevaleciendo el hecho a su representación. Otras escenas muestran en su simplicidad el mundo irreal en el que Don Lope vive, como el desafío con guante al pintor que es respondido de una manera un poco menos elegante, todo un complemento a la negativa de ser juez en un duelo a primera sangre, toda una farsa para sus ideales.

Pese a buenas interpretaciones (Rey y Gaos) y una ambientación excelente, Tristana no tiene suficiente fuerza para estar a la altura de otras obras de Buñuel. Narra en parte con detalles, pero con carencias por momentos y sin la pegada que demuestra en otros trabajos.
Puercoespín
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