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Voto de El Libanés:
8
7,1
7.693
Drama
Camilo José Cela escribe en el prólogo a la primera edición de la novela: "La Colmena no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad (...) no aspira a ser más que un trozo de vida narrado sin reticencias, sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la vida discurre. Queramos o no queramos. La vida es lo que vive -en nosotros o fuera ... [+]
31 de enero de 2011
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La colmena" fue un caramelo envenenado que se le dio a Mario Camus. Un reparto increíble (desde José Luis López Vázquez hasta José Bódalo, pasando por Charo López) y la adaptación de una de las obras maestras de la literatura más reciente en castellano. Por ende, muchos caerían en la tentación de juzgar que era un trabajo muy sencillo llevar esta empresa a buen puerto.
Cuanto menos, un gran hombre de cine se lo susurró al oído a Camus cuando llegó el Oso de Berlín: "Muchos pensarán que era fácil hacer esta película. Pero usted y yo sabemos que es muy complicado". Y efectivamente, lo difícil es trasladar el espíritu de ese café desde las páginas cotidianas de posguerra de Cela y mostrarlas como tales, crudas y realistas.
El propio autor gallego hace un interesante cameo, pero no interpreta a un personaje de la obra original, más bien una versión de un inventor de palabras que había probado en un cuentecillo. Su escena con los maravillosos Luis Escobar, Paco Rabal y el resto de poetas, no tiene ningún precio, bohemia pura.
Sinceramente, podemos considerar que estamos ante una de esas piezas mayúsculas del cine español, a la altura de lo mejor de Azcona, Berlanga, Buñuel y la ilustre compañía. A pesar de que hoy tengamos sensación de hartazgo por el tan común tema de la guerra civil, manoseado hasta el extremo por el medio artístico, ésta es de las que merecen la pena.
Dura y cotidiana. Sonrisas detrás del frío invernal.
Cuanto menos, un gran hombre de cine se lo susurró al oído a Camus cuando llegó el Oso de Berlín: "Muchos pensarán que era fácil hacer esta película. Pero usted y yo sabemos que es muy complicado". Y efectivamente, lo difícil es trasladar el espíritu de ese café desde las páginas cotidianas de posguerra de Cela y mostrarlas como tales, crudas y realistas.
El propio autor gallego hace un interesante cameo, pero no interpreta a un personaje de la obra original, más bien una versión de un inventor de palabras que había probado en un cuentecillo. Su escena con los maravillosos Luis Escobar, Paco Rabal y el resto de poetas, no tiene ningún precio, bohemia pura.
Sinceramente, podemos considerar que estamos ante una de esas piezas mayúsculas del cine español, a la altura de lo mejor de Azcona, Berlanga, Buñuel y la ilustre compañía. A pesar de que hoy tengamos sensación de hartazgo por el tan común tema de la guerra civil, manoseado hasta el extremo por el medio artístico, ésta es de las que merecen la pena.
Dura y cotidiana. Sonrisas detrás del frío invernal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El maravilloso final de los personajes de José Sacristán (un derrotado del otro bando), Rafael Alonso (un homosexual) y Antonio Resines (un busca-vidas), resumidos por los guardias como: "Dos maricones y uno que escribe·, es uno de los finales más áridos y extraordinarios que se pueden encontrar.
Igual que en la novela, el título termina adaptándose como anillo al dedo.
Igual que en la novela, el título termina adaptándose como anillo al dedo.