Curiosa película de encargo del maestro Buñuel, una clásica historia de mineros, huelgas y ejército. También el héroe de tierra extraña que viene para marcar el camino y seducir a la chica buena, pero habrá una cortesana de salón dispuesta a poner difíciles las cosas. De hecho, si la encontrásemos zapeando una aburrida tarde de domingo, el espectador desorientado podría tener dificultades en reconocer el sello de su autor.

Sin embargo, la calidad es visible en varios momentos de este marco convencional y unos personajes de retablo. Especialmente, una vez la trama se desarrolla en la jungla, un marco salvaje y de supervivencia, donde su cámara se quita todos los corsés previos y disparos, justo a tiempo para dejar alguna imagen visual de gran relevancia y belleza. Aquí sí resulta evidente la impronta de quien hay detrás del asunto.

La mort en ce jardin es una nota a pie de página en su filmografía, aunque tiene algún toque deicida en su manejo de la Biblia, basándose en una novela de búsquedas de diamantes con el mismo título que la obra cinematográfica que hoy nos ocupa.

Una historia de aventuras, perdiciones femeninas, tesoros de Sierra Madre y sacerdotes perdidos en olor a madreselva.

Sigue siendo interesante, a pesar de sus limitaciones. Sigue siendo Buñuel.