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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
7
Comedia Traslación a la gran pantalla del monólogo teatral que escribió Fernando Fernán Gómez inspirándose en la novela picaresca el "Lazarillo de Tormes" (1554). Un maduro Lázaro de Tormes (Rafael Álvarez "el Brujo) se ve obligado a demostrar ante la Justicia que su forma de vida, a lo largo de treinta años, se debió más a la necesidad de escapar del hambre que a su deseo de cometer delitos. A lo largo de su encendida declaración mezcla ... [+]
29 de abril de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando Fernán Gómez era un falso gruñón. Bajo su aire distante ante los medios de comunicación y público en general, incluyendo algún momento televisivo que lo consagró como un ogro en youtube, se escondía un intelectual de primera altura. Un actor magnífico, un escritor espléndido y un director de gran sensibilidad. Y, esto es lo interesante, incluso cuando caracterizaba o redactaba sobre las miserias, no dudaba en poner una mirada piadosa y tierna sobre sus creaciones menos favorecidas por la fortuna. Es difícil encontrar más ternura en la dureza que la exhibida por él en "Viaje a ninguna parte".

Su "Lázaro de Tormes" hincaba el diente a una de los obras más importantes y geniales de nuestra literatura, esa anónima creación que abrió la puerta de la picaresca. Fernán Gómez le dio su sello y encontró al actor idóneo en Rafael Álvarez el Brujo, quien usaría sus dotes para el monólogo a la hora de recrear la vida al borde de la miseria, el hambre y el crimen de aquel muchacho alejado de su madre para servir de guía a un hombre ciego.

Desafortunadamente, la delicada salud del director provocó que su buen amigo José Luis García hubiera de encargarse de que llegase a buen puerto. Sin desmerecer la labor del segundo, algo se perdió en el tránsito y la película se ve como algo descompensado. Hay escenas soberbias y muy bien llevadas, diálogos dignos de elogio, interpretaciones inspiradas... pero hay huecos, flecos que no han sido totalmente explicados, pinceladas que mejorarían el cuadro final.

Si eso queda en el debe, sus haberes son muchos. Beatriz Rico tuvo la difícil tarea de humanizar a la futura esposa de Lázaro, algo que no era nada fácil. También Karra Elejalde hace lo propio con su arcipreste. Ambos cumplen su objetivo, brillando especialmente Beatriz, quien tiene alguno de los mejores momentos del film. El resto de mal llamados secundarios es de primera fila: Manuel Alexandre como corrupto escribano, Juan Luis Galiardo como infiel alcalde, Agustín González como el antiguo pregonero, etc.

Hay que perdonarle las piezas que nos faltan del puzzle, porque tiene algunas secuencias para el recuerdo.
El Libanés
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