Cuando una bella y adúltera mujer cree haberse librado de las cadenas de un abominable y rico marido y matrimonio, se encuentra con dos realidades algo cómicas: 1) los supuestos de los familiares sobre las consecuencias de su pérdida, 2) su inveterada necesidad de simular su verdadera situación. Una comedia se desarrolla con estos elementos archiconocidos, una comedia francesa, es decir ingenua y nada convincente, como a veces puede ocurrir, con algunas situaciones y personajes demasiado tontos y una crítica demasiado trillada de la alta burguesía. Conclusión: El menos creíble (Jacques Gamblin) de todos los amantes de una bella mujer (Michèle Laroque).