Esta es mi primera crítica, y no me he decidido a escribirla porque tenga algo especial que decir sobre esta película; sino más bien porque me ha sorprendido que no exista ninguna crítica sobre la misma. Y yo creo que algo tan tierno e interesante debe tener algunas palabrejas dedicadas.
Veamos, la película se divide en dos partes diferenciadas. La primera donde Sarah y Mindy (espectacularmente interpretadas por Jena Malone y Riley Keough) dejan sus respectivas vidas y responsabilidades aparcadas durante unos días para salir de viaje y dedicar un tiempo a recoser el descosido que ha producido el tiempo en su íntima y pasada amistad. Así la película transcurre de manera sobria y lenta, pero atrapante y cautivadora. La relación entre estas dos adorables chicas y la pequeña hija de Mindy va creciendo y complicándose a la par que manteniéndose ridículamente simple.
No hay una trama o un argumento definido, los protagonistas no viven grandes experiencias; tan solo personalizan las víctimas que somos todos en cuanto nos relacionamos con otra persona que no seamos nosotros mismos y la suerte que corremos de manera mundana en cuanto estamos a merced de las condiciones favorables y/o adversas que completan el mundo que nos rodea.
Escenas pausadas y bienintencionadas pueblan esta parte. El idilio interpersonal entre estas mujeres es la piedra angular de esta primera parte.
Pero el tiempo pasa, los sentimientos se vuelven difusos y la línea que separa la amistad del amor se vuelve invisible. Sarah se va a casar y Mindy y su hija asisten a la boda en un maremoto de sentimientos encontrados.

No voy a decir nada más porque lo interesante aquí es ver cómo se van desarrollando los hechos, impregnados por las ideas y pensamientos que sugieren esas miradas, esos besos, esos abrazos, esas palabras...


Si quieres sentirte pequeño/a, superado/a por la realidad, y sobretodo derretido/a por lo mucho que te vas a sentir identificado/a por Mindy; esta es una buena propuesta :)