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España España · Terra Incognita
Voto de Electric Eye:
6
Acción. Comedia Wong Fei Hung es hijo de un gran maestro de Kung Fu de la cuidad. Pero, aunque es bueno, en lugar de estudiar Kung Fu se pasa el día haciendo el payaso, hasta que por culpa de una gamberrada suya resulta herido el sobrino de un pez gordo de la zona. Entonces su padre decide recurrir a la ayuda de su tío para que le enseñe un poco de disciplina. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2011
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Todo gran viaje comienza con un pequeño paso. Pocas máximas poseen un fondo tan sincero como este. En efecto, esta película marcó el devenir de la carrera del por entonces joven Jackie Chan, señalando el rumbo que tomaría a partir de entonces su carrera: filmes en los que las artes marciales y las elaboradas coreografías iban de la mano de la comedia y las risas. Aunque Jackie ya gozaba de un notable éxito y fama en Asia, el resto del mundo constituía una fortaleza aún por conquistar. Viendo el resultado, podemos decir que eligió el camino adecuado, convertido en un auténtico ídolo para millones de personas, con taquillazos como la saga Hora Punta. Pero, ¿qué ofrece este pequeño pedazo de nostálgico paraíso perdido?

Wong Fei Hung es un joven que domina el arte de la lucha. Sin embargo, sus trastadas le buscan innumerables problemas, hasta que su padre, harto, le envía con su tío Sam Seed para que aprenda algo de disciplina. Con él, aprenderá la técnica de los Ocho Dioses Borrachos, que le permitirá deshacer errores cometidos en el pasado. Un argumento sencillito y bastante tópico dentro del mundillo del cine de artes marciales, es decir, el joven discípulo que aprende de un gran maestro para vencer a los enemigos de turno. Sin embargo, el tono de comedia del filme añade un poco de color al guión, haciéndolo más digerible, más cuco. Las bromas están muy presentes a lo largo del largometraje. Algunas consiguen arrancarte una sonrisa, y otras pasan más desapercibidas, pero en conjunto dotan al filme de una nota más simpaticona. A ello ayudan los personajes, carismáticos y extravagantes como solo en una película de estas características podría haber, muy sobreactuados. Así que no busquéis interpretaciones de diploma, que no hay, ni falta que hacen. El tiempo, sin embargo, ha pasado factura a los combates, el principal atractivo de la película, y hoy en día resultan algo ingenuas, aunque tienen un encanto añejo inigualable, con esos golpes sonando como si se estuviesen partiendo ramas de un árbol a martillazos. La música y la fotografía, así como los escenarios, están bastante bien, transportando al espectador a un mundo oriental, exótico e idílico, en el que es imposible no sentirse a gusto. Un regalo para los sentidos, en este aspecto.

Película que hará pasar un rato delicioso a todo aquel que sea capaz de ver más allá de su argumento, y sumergirse en un pequeño remanso de paz, mientras contempla el nacimiento de la leyenda que hoy es, Jackie Chan.
Electric Eye
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