La película nos trae la historia de un hombre de cuarenta años, que supera un divorcio difícil, y rehace su vida. Principalmente, gracias a su nuevo trabajo como docente en una escuela infantil, reconstruyendo la relación con su hijo adolescente, y encontrando de nuevo el amor con una nueva novia. Todo su mundo se va abajo tras una mentira inocente de uno de los niños de la escuela, haciendo que sea acusado de pederastia, sembrando la desconfianza y estupor entre la comunidad del pueblo, y haciendo que el hombre luche para recuperar su vida y dignidad.

Estupefacto. Esa es la palabra que define como me sentí al ver esta película. Estupefacto y sin respiración viendo de la maldad a la que pueden llegar las personas. Aunque por esa regla de tres, es muy comprensible la reacción de la maestra, sus padres, y el resto de la comunidad, porque piensas que ese tipo de comentarios no puede habérselos inventado un niño, y además, el acusado es culpable hasta que se demuestre lo contrario.

¿Puede tales comentarios habérselos inventado el niño?
¿Dicen siempre la verdad los niños?

Vinterberg realiza un voraz retrato a la sociedad actual, haciéndonos reflexionar sobre la condición humana bajo circunstancias especiales, haciendo que las personas cometan crueles actos, fruto de la paranoia y prejuicios surgidos por las graves acusaciones. También de como un hombre que es falsamente acusado, lucha contra viento y marea por quitarse esa terrible etiqueta de abusón de menores, que aunque se demuestre que ese hombre no ha realizado tan terribles actos, esa etiqueta se le queda marcada a fuego de por vida, con todas las consecuencias que acarrea. Y así de soslayo, Vinterberg trata lo peligroso que pueden llegar a ser los contenidos emitidos y publicados en los medios, y la irresponsabilidad de los padres al permitir a los menores tener su acceso a través de teléfonos móviles, tabletas, y similares.

A destacar la impresionante interpretación de Mads Mikkelsen, que tras verlo en multitud de roles de villano, sorprende dando vida a este buen hombre ordinario, que en cuestión de unos pocos días, toda su vida se desmorona sin control. Mikkelsen, a través de sus miradas, su angustia, su expresión, y sus silencios, construye su personaje de forma perfecta y verosímil. También está estupendo el resto del reparto, en especial la inocente niña, que logra interpretar al personaje con una naturalidad pasmosa.

Por contra, lo único que se le puede poner un pero es en su factura técnica, que es correcta, sin más; y también que haya pasado sin pena ni gloria por las salas, siendo de lo mejor que se ha estrenado este año 2013.

En definitiva, "La Caza" es una película soberbia, sorprendente, muy recomendable e imprescindible. Una obra maestra que tras su visionado te deja la huella instalada dentro de ti.