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Voto de La Taverna del Mastí:
6
Drama. Bélico Mayo de 1940. Winston Churchill (Gary Oldman) se convierte en primer ministro británico en un momento realmente crucial de la Segunda Guerra Mundial, pues los nazis avanzan imparables conquistando prácticamente la totalidad del continente europeo y amenazando con una invasión a Inglaterra. Churchill deberá entonces explorar la posibilidad de un tratado de paz con Alemania, o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa. (FILMAFFINITY) [+]
1 de marzo de 2018
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Cuando hablamos de Winston Churchill es hacerlo sobre una de las figuras políticas más importantes del Reino Unido; además de ser uno de los mandatarios que jugaron un papel clave en la Segunda Guerra Mundial. Su divisa "Sangre, sudor y lágrimas" logró elevar la moral de las tropas y de la población civil británica, para sostener la nación hasta la victoria aliada en la gran contienda.

A lo largo de su brillante carrera, Winston Churchill fue sucesivamente el hombre más popular y también el más criticado de Inglaterra, y a veces ambas cosas al mismo tiempo. Considerado el último de los grandes estadistas, siempre será recordado por su rara habilidad para predecir los acontecimientos futuros, lo que en ocasiones se convirtió en una pesada carga para sus compatriotas.

Durante años, Churchill fue algo así como la voz de la conciencia de su país, una voz que sacudía los espíritus y le susurraba grandes dosis de energía y valor. Su genio polifacético, además de llevarlo a conquistar la inmortalidad en el mundo de la política, lo hizo destacar como historiador, biógrafo, orador, corresponsal de guerra y bebedor de coñac; de igual modo que, en un plano más modesto, como pintor, albañil, novelista, aviador, jugador de polo, soldado y propietario de caballerías.

Neville Chamberlaim, primer ministro británico y defensor de una politica de apaciguamiento, sobrevió pocos meses al estallido de la Segunda Guerra Mundial. En una decisión arriesgada, el veterano Winston churchill, con amplia experiencia militar pero con un controvertido paso por el Ministerio de Hacienda, fue nombrado primer ministro durante el "Instante más oscuro" en la historia de las Islas Británicas, inspirando la resistencia británica con su carisma y fortaleza moral. Precisamente ese 'instante más oscuro' es lo que nos relata la película que nos concierne, dirigida por Joe Wright y protagonizada por un inconmensurable Gary Oldman.

Es realmente curioso que en pleno Brexit lleguen en la actualidad dos cintas británicas que reconstruyen la leyenda del crucial momento en el que Gran Bretaña no dio la espalda a Europa: Dunkerque y el instante más oscuro, que se complementan a la perfección como si fueran las dos caras de un disco de vinilo. Si Christopher Nolan se centraba en el épico proceso militar a cargo de los soldados y civiles en la conocida "Operación Dinamo"; Wright ensalza la figura del primer ministro británico, mostrando los movimientos políticos que llevaron a cabo la citada "Operación Dinamo" y posteriormente en la victoria aliada en la gran contienda.

Si hay algo que se eleva sobre el resto en este film, es sin lugar a dudas la electrizante y magnética interpretación de Gary Oldman, que trasciende los kilos de látex y maquillaje para su certera caracterización para brindarnos la interpretación masculina del año, en el que el actor desaparece sin dejar rastro y solamente vemos a Churchill en su estado más puro. Oldman brilla con luz propia y eleva muchísimo la calidad del filme, en el que sus irregularidades en su guión las compensa con su desparpajo y coléricos arrebatos. Además, cabe destacar en menor medida a Kristin Scott Thomas, así como a Lily James, esposa y secretaria personal del mandatario británico respectivamente, que se encargan de mostrar el lado más humano de un Churchill en el que sus ásperas formas generaban la mayor de las antipatías.

La calidad de la cinta está fuera de toda duda; sin embargo, a título personal y después de haber visto todos sus trabajos anteriores (sobretodo "Orgullo y prejuicio" y "Expiación: más allá de la pasión"), me parece una de las películas más flojas de su realizador, en la cual solamente un Gary Oldman en estado de gracia es capaz de insuflar todo el empaque del que carece una cinta irregular y un tanto fallida.
La Taverna del Mastí
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