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Voto de La Taverna del Mastí:
8
Ciencia ficción. Aventuras. Acción Año 2045. Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada "Oasis". Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a ... [+]
22 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nostalgia por los años ochenta lleva infiltrándose en la cultura popular estadounidense desde principios de siglo XXI; del mismo modo que aquella fascinación por la década de 1950 que se extendió a través de los setenta ("American Graffiti" de George Lucas o "Grease" de Randal Kleiser podrían servir como ejemplo), como también la obsesión con la década de 1960 que tuvo lugar en los ochenta ("Dirty Dancing" de Emile Ardolino o la estupenda serie "Aquellos maravillosos años" de Neal Marlens y Carol Black ejemplifican este hecho), y aquella presencia de la década de 1970 que discurrió en los noventa (como bien ilustran "Boogie Nights" de Paul Thomas Anderson o "Cero en conducta" de Adam Rifkin). Se podría decir que el resurgimiento de la cultura ochentera hizo bisagra con la madurez y éxito de la MTV durante su resaca noventera, que vino con la explosión del mundo de la música y los célebres videoclips. Después de pasar un corto periodo de tiempo en el que hubo una cierta latencia, en estos últimos años la nostalgia por la década del neón se ha afianzado definitivamente; sobre todo tras el estreno de algunas películas y series de televisión que han marcado un punto de inflexión, tales como "Super 8" de J.J. Abrams, la nueva trilogía de "Star Wars" (en el que Abrams también está ejerciendo labores de producción), el reciente reboot de "It" de Andy Muschietti (adaptación de la célebre novela de Stephen King, uno de los grandes iconos de los 80), y en especial el éxito arrollador que ha tenido una serie como "Stranger Things" (The Duffer Brothers, 2016). Así que no es de extrañar que, en plena efervescencia nostálgica, se lleve a cabo la adaptación cinematográfica de una novela como "Ready Player One", escrita por Ernest Cline y que llegó acompañada del epíteto de 'novela para geeks' desde su estreno.

Trasladar una novela de este calibre no es tarea fácil, debido a la cantidad de guiños y referencias constantes a la cultura popular tanto de los setenta y sobre todo de los ochenta, por el mero hecho de conseguir todas las licencias para que aparezcan en pantalla; a todo ello, hay que sumarle la complejidad de recrear el fantástico y barroco universo del mundo del videojuego Oasis, de ahí que no había un cineasta mejor que Steven Spielberg para hacerse cargo de esta ardua tarea, ya que de bien es sabido que está considerado como el rey Midas de Hollywood; y además, fue uno de los máximos artífices en asentar las bases del movimiento blockbuster que impera en nuestros días, y también es responsable de la mayoría de las producciones cinematográficas de finales de los 70, y toda la década de 1980 y 1990, qué tanto homenajea la novela de Cline. Habría que decir también que el cineasta estadounidense posee la habilidad innata de adaptar de forma efectiva cualquier tipo de novela. Se podría citar como un claro ejemplo de ello su clásico "Tiburón", en el que convirtió una sencilla novela, sobre un escualo que aterrorizaba al centro turístico de Amity Island, en un auténtico clásico moderno del mundo del celuloide, superando ampliamente a su fuente original.

Si la novela de Cline estaba repleta de referencias constantes a la cultura popular de los años 70 y 80, Steven Spielberg en el film lo multiplica por 1000. "Ready Player One" está cuidada hasta el mínimo detalle, hasta el punto de que de tantas referencias que hay en pantalla llega a abrumar en algunos momentos, dando la sensación de que te faltan ojos para conseguir verlas todas, que para poder encontrarlas hay que visionar la película varias veces (o directamente ir parando la imagen a cada minuto). Por lo que se refiere a su despliegue visual decir que es apabullante, en el que Spielberg le insufla una imaginación desbordante, de la misma forma que acción a raudales y unos efectos especiales que superan ampliamente a todo este tipo de propuestas. Solamente con la carrera de coches del inicio demuestra todo su potencial, metiéndonos de lleno en un videojuego acojonante, que llega a su punto culminante en el centro del nudo narrativo, con un impresionante homenaje a un auténtico clásico del cine de terror de los 80 que el rey Midas se saca de la manga (es decir, que no se encuentra en la novela), y en el que aglutina a la perfección el mundo real con la realidad virtual.

Quizás la cinta baja un poco el pistón en su tercer acto, en el que se le debe exigir más a Spielberg en referencia al desarrollo del arco narrativo de los personajes en aquel mundo real devastado y posapocalíptico. El cineasta se centra demasiado en explicar el mundo de Oasis y las pruebas que tienen que ir superando para conseguir el codiciado huevo de pascua escondido. Hubiera sido mucho más interesante haber dado más empaque a los personajes, ya que éstos están bastante estereotipados, siendo claramente lo que representan: los típicos avatares de un videojuego.

En síntesis, el regreso de Steven Spielberg al cine de ciencia ficción es más que gratificante, pese a ciertas irregularidades en su tercer acto. "Ready Player One" es hasta la fecha la mejor película en representar un videojuego en la gran pantalla, ya que se trata de un tremendo recital realizado por un maestro que nos embriaga todos los sentidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
La Taverna del Mastí
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