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Voto de La Taverna del Mastí:
8
Drama Chesley “Sully” Sullenberger es un piloto aéreo que en 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint Eastwood es uno de los grandes directores clásicos que aun siguen vivos, al igual que Woody Allen, Martin Scorsese o George Miller, entre otros... los cuales asiduamente nos presentan sus trabajos de igual modo que cuando empezaron. El cine de Eastwood siempre raya a muy buen nivel, en ocasiones se podría decir que de forma excelente; solamente basta con ver obras maestras como "Sin Perdón" (Unforgiven, 1992), "Los Puentes de Madison" (The Bridges of Madison County, 1995), "Mystic River" (Id., 2003) o "Million Dollar Baby" (Id., 2004), entre otras tantas... para darnos cuenta de ello. En estos últimos años ha encadenado cuatro biopics consecutivos, incluyendo éste que nos concierne... titulado simple y llanamente "Sully". Aunque ha cambiado el tono completamente con respecto a su anterior película, la estimable vida del marine Chris Kyle titulado "El Francotirador" (American Sniper, 2014), en la presente película ha conservado su estructura narrativa y su particular estilo que le caracteriza en sus films biográficos; desde que filmara a finales de los ochenta del Siglo XX la notable vida del genio del jazz Charlie Parker, con "Bird" (Id., 1988).

La historia del filme se podría afirmar que generalmente es conocida por todos. Basada en hechos reales, se centra en Chesley "Sully" Sullenberger, un piloto aéreo que en 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo, salvándolos a todos.

El inicio de la película es toda una declaración de intenciones, en el que Eastwood nos muestra de un plumazo la esencia del filme, para que el espectador sea consciente de la magnitud de los hechos que va a relatar. Vemos a Sully mirando a través de un enorme ventanal de un edificio prácticamente acristalado, con la mirada perdida y asustado, mientras presencia la imagen de un avión surcando el cielo de Manhattan y estrellándose finalmente contra un rascacielos. No tardamos en descubrir que se trata de las pesadillas que tiene nuestro protagonista, y podría aventurarme a afirmar que las de cualquier ciudadano estadounidense, desde los terribles atentados del 11-S; un suceso que marcó un antes y un después en la humanidad, abriendo una brecha en la gente norteamericana que aún colea en nuestros días. Por esa misma razón, el acto heroico que realizo Sully fue acogido como una gran noticia para la nación norteamericana, siendo sin duda la antítesis de lo acontecido en los atentados del World Trace Center, y que en cierto sentido, reescribió la historia de un avión estrellándose en el corazón de la ciudad que culminó esta vez en un final feliz. Por si no había quedado suficientemente claro el mensaje, Eastwood lo ratifica en las secuencias posteriores, en el que comprobamos las consecuencias de la hazaña, en el que diversos ciudadanos agradecen al piloto sus acciones: el taxista que lo traslada al juicio, el dueño del bar de toda la vida que ha bautizado una bebida con su nombre, la trabajadora del hotel que lo abraza de forma espontanea, entre otros.

El guión, a pesar de su sencillez, es realmente brillante... ya que está muy bien escrito, narrando los hechos de forma rigurosa, de igual modo que se desarrolló en la realidad, sin alardes ni fuegos de artificio. Destaca también todo el elenco de actores, en el que encontramos unos notables Laura Linney y Aaron Eckhart que encarnan a la sufrida esposa de Sully y al copiloto del avión respectivamente; pero sobretodo sobresale un soberbio Tom Hanks, que al igual que hiciera en la excelente "Capitán Phillips" (Captain Phillips, Paul Greengrass, 2013) desempeña una función de contención que pone los pelos de punta, metiéndose a la perfección en la esencia del personaje, y quitándonos (dicho sea de paso) el mal sabor de boca que nos dejó en el "Inferno" de Dante (y de película). Pero lo más destacado del filme es sin duda su impresionante discurso final, en el que Eastwood, a través de un inspiradísimo Hanks, pone toda la carne en el asador, llegando con creces al mensaje que pretendía darnos el cineasta californiano, como es aquella apología al heroísmo que desempeñan cada día gente anónima, que trabaja por el bienestar de los ciudadanos sin pedir nada a cambio... un discurso que recuerda bastante, salvando las distancias obviamente, al cine del maestro Frank Capra; más concretamente a ese "Caballero sin espada" (Mr. Smith Goes to Washington, 1939) que tan bien interpretó el mítico James Stewart.

En definitiva, "Sully" es la mejor película de Clint Eastwood desde "Invictus" (Id., 2009) que nos muestra a un Eastwood en plena forma y con cuerda para rato, contándonos una historia interesante y totalmente necesaria... y es que en estos casos, debemos de tener presente que el factor humano es lo más importante, en vez de buscar culpables y negligencias varias.
La Taverna del Mastí
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