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Nueva Zelanda Nueva Zelanda · Jaen
Voto de capacitivo:
7
Drama Alain Leroy, un francés alcohólico, casado con una americana, está a punto de terminar un tratamiento de desintoxicación en una clínica privada. Antes de enfrentarse de nuevo a la vida cotidiana decide visitar a las personas a las que estuvo vinculado en el pasado. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2009
52 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo casi 40 años, aún siendo bastante joven estoy ya cansado. Siempre he sido guapo, para que negar y la modestia es algo que no comprendo ni comparto.
Mujeres nunca me han faltado, os sorprendería conocer a las bellezas que me he llevado a la cama, muchos me envidiaríais pero para mí siempre fue demasiado fácil. El dinero nunca fue un problema real, para comer y beber siempre he tenido aunque no fuera yo el que se lo ganara. Siempre había alguna dama dispuesta a permitirme todos los lujos que se me pudieran antojar. Antes de que se me olvide, os comento que me casé en un último intento de ser uno más. Ella me amó, tantas otras también, pero nunca me he conformado y sigo sin entenderlo. Ella es neoyorquina, dejé Paris para vivir con ella pero esta jungla de asfalto ha sacado mis más terrible demonios que ni con grandes cantidades de alcohol he conseguido aplacar. A parte, como anécdota, me siento atraído por su mejor amiga.

Amigos nunca me faltaron, en mis años locos tuve cientos de conocidos y me moví con las personas más inteligentes e influyentes de la época. Bebíamos todas las noches, hacíamos locuras todo el tiempo y las mujeres bonitas eran una en nuestras vidas. Como echo de menos esos años, donde el ritmo precipitado de los acontecimientos no me permitían pensar en el futuro o en mi vejez. Era un "carpe diem" continuo donde los planes o compromisos a medio plazo eran automáticamente desechados. Añoro esa vida, no sabéis cuanto, pero las dudas sobre la forma de vida que elegí me abruman, tengo la sensación de haber perdido el tiempo o de que el mundo a mí alrededor se ha vuelto loco. Siento que nadie me comprende, que nadie puede entender mi agonía.

Con el paso de los años toda esa vida libidinosa, se fue apagando, mis amigos fueron asentando la cabeza, ¡odio esta expresión!, por lo que opté por intentarlo también casándome y yéndome a vivir a New York. Como ya dije, no estaba preparado para esa vida, ni creo que pueda, por lo que me di a la bebida cayendo en un profundo pozo. Todo me daba igual, estaba cansado de esperar algún cambio e intenté comenzar de nuevo. Para ello e fui a una clínica de desintoxicación en Francia. Creía que si dejaba el alcohol podría retomar las riendas de mi vida, no sé si me equivoqué pero la respuesta a esta duda la encontrarás en este filme que espero que encuentres tan intenso como yo mismo lo viví.
capacitivo
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