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España España · Madrid
Voto de Servadac:
8
Drama La institución regida por el doctor Benjamenta es una escuela de sirvientes, y los alumnos aprenden las técnicas de la servidumbre sometidos a todas las humillaciones posibles. Cuando Jakob Van Gunten franquea la puerta del instituto, y se inscribe en el programa de enseñanza, habrá de vérselas con las enigmáticas normas de la escuela, unos métodos incomprensibles... y la fría seducción de una mujer angustiada y bellísima. (FILMAFFINITY) [+]
4 de octubre de 2022
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro a Robert Walser. Jakob von Gunten es una de sus obras más cumplidas. Si el cine es un ensueño, Institute Benjamenta (This Dream People Call Human Life) es el ensueño de un ensueño.

Expongo, sin filtro ni más estructura que la del onirismo de libre asociación, las notas que he tomado al ver la cinta.

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Reflexión en over de Jakob: “A veces hay más vida escondida en la abertura de una puerta que en una pregunta”.

La película parece una danza de autómatas. Los ritmos de la luz (fantasmagórica, expresionista, emparentada con el cine mudo de otro tiempo, con Vampyr), el movimiento, la música. Todos los elementos crean una atmósfera de extrañeza, de almas atrapadas en un limbo surreal, sin tiempo: “¿Por qué ya no se suceden aquí las estaciones?”, pregunta Lisa Benjamenta.

Primeros planos visuales y sonoros. El uso del desenfoque. El sonido extradiegético, que genera sensación de estar observando desde fuera, a los peces/humanos confinados en una pecera circular. La depuración extrema de los ruidos. El bosque interior, en ese patio, lleno de luces y brillos (¡el agua!), fantástico, enigmático, exuberante. La suciedad, la suciedad, en los dientes de Jakob.

La vara freudiana de Lisa, que acaba en una pezuña de cabra, acariciada con delectación morosa y sensual. Lisa, como Blancanieves, aguarda que la vida la despierte; atrapada en un mundo de espejos y de sombras.

Le dice a Jakob: “Ven conmigo, quiero mostrarte algo.” Y le venda los ojos (¿por qué pienso en Eyes wide shut?). Lo conduce atravesando el círculo pintado en la pizarra; bajan la escalera (art déco, de caracol) que da al patio del árbol/bosque iluminado: ¿es el jardín interior de Fräulein Lisa? Jakob no puede verlo, pero sí tocarlo (el sonido de los grillos), el tacto en la pared.

“¿Estoy viviendo en un cuento de hadas?”, dice Jakob. Ese sueño que las personas llaman existencia.

Lisa le confiesa a Jakob su secreto: “Estoy muriendo por la vaciedad de las personas inteligentes y cautelosas.”

Aquellos que, quizás, no se atreven a soñar. Los intelectuales… Los pacatos…

Un vaivén, como las olas del dormir. La realidad, al despertar, podría ser el encierro en la pecera; la libertad fingida.

Y el chirrido siempre de los grillos.

El desenlace, en palabras de Lisa: “No desear nada nunca más.” Léolo, de Lauzon.

El beso del hermano, Herr Benjamenta, a través del velo y de la flor. Las cornamentas de ciervo por doquier. La escena del apareamiento, el ciervo encima de la cierva. El incesto, insistentemente sugerido.

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Fin. « Je ne rêve plus. »
Servadac
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