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Voto de Hector Zuleta:
10
Comedia Una banda de ladrones tiene en jaque a la ciudad y más aun a la policía, cuyo jefe apremia a su cuerpo para que los capturen en 48 horas. Mientras, miembros de la banda se reúnen en un café regentado por una viuda y su hija cuyo pretendiente, el Chato, mantiene una riña con los ladrones acabando todos en comisaría. Desde ese momento, el Chato será miembro del cuerpo de policía para misiones especiales. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2011
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cantinflas marcó un estilo tremendamente personal y tan ampliamente imitado por otros cómicos que ha conseguido pasar a la historia del cine con honor y sus habilidades humorísticas resistir perfectamente el paso de los años. Su sola presencia en la pantalla bastaba para llenarla y para que la película cobrase interés, a pesar de que ni la dirección, ni los diálogos, estaban cuidados con esmero. Todo se confiaba a su buen hacer, a sus monólogos totalmente improvisados de los que siempre salía airoso y provocando la carcajada más espontánea. Era un extraordinario actor que daba la impresión de no actuar, de estar rodeado de amigos a los cuales quería hacer reír sin molestar a nadie.
En 1941, hizo primer el papel de un oficial de policía en la película “El gendarme desconocido”. Su personaje pasaba cómodamente de ser el hombre marginado de clase baja a poderoso servidor público. La naturaleza política de la retórica del “cantinflismo” facilitó esta fluidez. Volvería a tomar el papel del agente 777 en 1.977 y sería homenajeado por las fuerzas policíacas en toda América Latina por su imagen positiva de la aplicación de la ley.
La popularidad de este monstruo sagrado del cine mexicano y, en general, del cine en español debe mucho a su trabajo en muchas producciones. “El gendarme desconocido” (1941), en las que descubrió a su director ideal, Miguel M. Delgado, ayudante del realizador Alejandro Galindo. El éxito de la película, con Mapy Cortés y Gloria Marín, considerado como uno de los mejores filmes del actor mexicano. En él, la ridiculización de la policía, generalmente detestada por el público, se establece desde el mismo momento en que Cantinflas aparece con su habitual uniforme roto. Que viva el buen cine.
Hector Zuleta
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