Serie de poco presupuesto, sí, pero que aprovecha sus recursos muy bien. Becker es un médico de barrio gruñón que se pasa el día quejándose sobre los impuestos, la policía, la administración pública, los pacientes que le hacen perder el tiempo... Pero que en el fondo quiere ayudar a la gente.

Los principales escenarios de la serie son su consulta (con sus dos auxiliares: Linda, una joven guapa y algo loca pero muy divertida, y Margaret, una señora algo mayor, casada y eficiente que siempre está hablando de su marido Louis), la cafetería de Reggie (donde se reúne con los clientes habituales: Bob, el típico baboso pesado y gandul que evitarías, Jake, un quiosquero ciego que es más avispado que los demás y Reggie, la propietaria del café donde los demás se pasan media vida).

Las tramas, aunque bastante típicas, son ágiles y divertidas. Es el tipo de serie que siempre vas a querer ver si la encuentras en la tele.

Algo que he de decir sobre la producción es que me decepcionó mucho la decisión de sustituir a uno de los actores (un personaje importante, no diré quién por no spoilear) por problemas con él. A partir de ahí la trama toma un rumbo totalmente diferente al que tenían planeado y no creo que fuera bueno para la serie.