Me gusta el cine independiente, sobre todo porque al ser producciones que no están atadas a los grandes estudios se pueden permiten el lujo de tratar todo un amplísimo abanico de temas. Temas que, por norma general, no suelen tocar (o no de la misma manera) esas películas mayoritarias cuya función principal es arrasar en taquilla.

La trama de esta pequeña cinta gira en torno al sexo (el gran tabú por excelencia) y su protagonista es una joven (Cristin Milioti) que ansía perder la virginidad y experimentar tras sufrir un desengaño amoroso.

Pero esta película no es especialmente sexual (ni gráfica ni verbalmente), más bien es una atípica comedia romántica que no termina de funcionar debido a lo redundante de su argumento o al poco carisma de sus protagonistas, quienes tampoco consiguen caer especialmente bien. La cinta de Sook-Yin Lee es curiosa pero tan insatisfactoria como un coitus interruptus.