Lindsay Lohan interpreta en esta película a una joven que es secuestrada por un asesino en serie que está sembrando el pánico en el lugar. La trama se complica cuando poco después aparece moribunda y al despertar dice ser otra persona completamente distinta, algo que desconcierta tanto a su familia como a los policías que tratan de dar con su secuestrador.

A medio camino entre el giallo y el torture porn (estilo saga Saw), Sé quién me mató es un thriller sobrenatural tan pasado de rosca que provoca un buen puñado de risas incrédulas. Y es que tanto la historia (risible de principio a fin) como sus intérpretes (con una Lohan que no resulta creíble ni como joven dulce y virginal ni como stripper resabiada) dejan mucho que desear. Eso sí, funciona a la perfección como jocosa cinta llena de giros imposibles y resoluciones todavía más imposibles.