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Voto de Mikirod:
6
5,1
29.804
Fantástico. Aventuras. Drama
En un mundo asolado por los pecados humanos, Noé, un hombre pacífico que sólo desea vivir tranquilo con su familia, recibe una misión divina: construir un Arca para salvar al mundo del inminente diluvio. Todas las noches tiene una pesadilla recurrente en la que puede ver la catástrofe provocada por ese diluvio, pero después el sueño termina con la reaparición de la vida en la Tierra. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo muy claro si tomarme esta crítica en serio o escribir lo que pienso de la película. Que le haya dado un 6 no significa que considere la bíblica obra de Aronofsky una película de calidad (aunque tampoco sea yo quién para dar lecciones sobre esa materia), sino que me lo ha hecho pasar medianamente bien, por razones quizá un tanto peculiares.
Si tuviera que redactar una crítica sesuda, creo que me faltarían elementos de juicio para hacerlo como dios manda (pun intended). Así que decididamente voy a deciros lo que pienso y ya si tal le dais al botón del "No" cuando acabéis de leerla (paso este que podéis saltaros perfectamente, faltaría más):
Si tuviera que redactar una crítica sesuda, creo que me faltarían elementos de juicio para hacerlo como dios manda (pun intended). Así que decididamente voy a deciros lo que pienso y ya si tal le dais al botón del "No" cuando acabéis de leerla (paso este que podéis saltaros perfectamente, faltaría más):
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La escena inicial es un plagio de El Señor de los Anillos que hace que te preguntes dónde se han dejado a los orcos y por qué no sale Gollum. Hay que decir que los gigantes de piedra esos son una copia barata de los trolls de Tolkien; Matusalén parece Sauron cuando aparece por ahí enarbolando su espada y partiendo la pana, y la escena de Caín y Abel es calcadita a la de Deagol y Smeagol luchando por el Anillo. Vale que es un apunte friki, pero es que hasta las letras de los créditos son sospechosas. No pegan ni con cola, además.
Noé parece un chaval majo, así de primeras. Compadeces la forma en que el malo de la peli se carga a su padre y, a pesar de que desde muy pronto se le notan las venadas fundamentalistas con el tema del Apocalipsis (o la versión antediluviana del mismo), lo dejas pasar porque no se le ven malas intenciones. Pero poco a poco te vas dando cuenta de la verdad: Aronofsky concibe al personaje como si fuera un ultracatólico de extrema derecha de esos que viven en la América profunda y que se pasan el día haciendo listas de armas y provisiones para el día del Juicio Final. Hasta se construye el consabido búnker, pero flotante, claro, habida cuenta de la naturaleza del futuro desastre. Tiene muy clarito el tema de los pecados capitales y no le pasa una a nadie. Ni a su ingenuo primogénito, que le parece lascivo porque tiene novia y la magrea de vez en cuando; ni al santurrón de su benjamín, incapaz de matar una mosca, pero del que opina que es un falso y que solo se porta bien para agradar a la gente, ni a su mismísima esposa, a la que no tiene muy claro qué criticarle, pero sea lo que sea, se lo echa en cara en un momento de iluminación y, supongo, de previsible machismo. Esa escena en concreto me parece hilarante, aunque creo que no era la intención del director.
Ya ni entro a valorar la transformación del protagonista desde que comienza el diluvio y, sobre todo, a raíz del embarazo de su nuera/hija. Encaja perfectamente con el perfil que mencionaba antes de fundamentalista católico de la América profunda. Y hasta se le nota que tiene la conciencia tranquila a pesar de todo, el tío...
Por cierto, no sé vosotros... pero yo hubiese tardado cerocoma en salir por patas de la isla en la que finalmente naufraga el arca. Con lo pequeña que era, ya me dirás dónde te escondes, porque hay que tener en cuenta que en esa isla había al menos dos diablos de tasmania, y similar número de leones africanos, cocodrilos, hipopótamos, ornitorrincos, mofetas, panteras, tarántulas, murciélagos vampiros, escorpiones, cobras asiáticas, ratas topo, dragones de komodo y hasta osos polares (que supongo que no tardarían en emigrar, en cualquier caso). Vamos, que los pardillos de los hijos de Noé no deberían haber durado allí ni dos telediarios. Si Aronofsky tiene lo que hay que tener, rodará una segunda parte en plan Battle Royale y así quizá nos enteremos de quién ganó al final.
En fin, que la película es entretenida, si no te la tomas en serio. Supongo que habrá judíos y cristianos que crean al pie de la letra en lo que cuenta la Biblia, pero Aronofsky va un pasito más allá y nos sumerge de lleno en el histerismo de un "ultra" enfervorizado y con una imaginación desbocada (más que desbordante), lo que da para momentos visualmente impactantes. Como el ritmo de la película no decae, por mucho que lo que ves te parezca ridículo, no llegas a perder el interés en ningún momento. Y supongo que eso también tiene su mérito.
Noé parece un chaval majo, así de primeras. Compadeces la forma en que el malo de la peli se carga a su padre y, a pesar de que desde muy pronto se le notan las venadas fundamentalistas con el tema del Apocalipsis (o la versión antediluviana del mismo), lo dejas pasar porque no se le ven malas intenciones. Pero poco a poco te vas dando cuenta de la verdad: Aronofsky concibe al personaje como si fuera un ultracatólico de extrema derecha de esos que viven en la América profunda y que se pasan el día haciendo listas de armas y provisiones para el día del Juicio Final. Hasta se construye el consabido búnker, pero flotante, claro, habida cuenta de la naturaleza del futuro desastre. Tiene muy clarito el tema de los pecados capitales y no le pasa una a nadie. Ni a su ingenuo primogénito, que le parece lascivo porque tiene novia y la magrea de vez en cuando; ni al santurrón de su benjamín, incapaz de matar una mosca, pero del que opina que es un falso y que solo se porta bien para agradar a la gente, ni a su mismísima esposa, a la que no tiene muy claro qué criticarle, pero sea lo que sea, se lo echa en cara en un momento de iluminación y, supongo, de previsible machismo. Esa escena en concreto me parece hilarante, aunque creo que no era la intención del director.
Ya ni entro a valorar la transformación del protagonista desde que comienza el diluvio y, sobre todo, a raíz del embarazo de su nuera/hija. Encaja perfectamente con el perfil que mencionaba antes de fundamentalista católico de la América profunda. Y hasta se le nota que tiene la conciencia tranquila a pesar de todo, el tío...
Por cierto, no sé vosotros... pero yo hubiese tardado cerocoma en salir por patas de la isla en la que finalmente naufraga el arca. Con lo pequeña que era, ya me dirás dónde te escondes, porque hay que tener en cuenta que en esa isla había al menos dos diablos de tasmania, y similar número de leones africanos, cocodrilos, hipopótamos, ornitorrincos, mofetas, panteras, tarántulas, murciélagos vampiros, escorpiones, cobras asiáticas, ratas topo, dragones de komodo y hasta osos polares (que supongo que no tardarían en emigrar, en cualquier caso). Vamos, que los pardillos de los hijos de Noé no deberían haber durado allí ni dos telediarios. Si Aronofsky tiene lo que hay que tener, rodará una segunda parte en plan Battle Royale y así quizá nos enteremos de quién ganó al final.
En fin, que la película es entretenida, si no te la tomas en serio. Supongo que habrá judíos y cristianos que crean al pie de la letra en lo que cuenta la Biblia, pero Aronofsky va un pasito más allá y nos sumerge de lleno en el histerismo de un "ultra" enfervorizado y con una imaginación desbocada (más que desbordante), lo que da para momentos visualmente impactantes. Como el ritmo de la película no decae, por mucho que lo que ves te parezca ridículo, no llegas a perder el interés en ningún momento. Y supongo que eso también tiene su mérito.