Magnífica serie belga, una de las sorpresas del año 2016. Seria, sin concesiones al sentimentalismo y bien realizada. La serie utiliza la historia de una persona condenada por abusos sexuales, Guy Béranger,pero que ya ha cumplido su condena y que es acogido por unos frailes ante el rechazo del resto del pueblo. De su seguridad se ocupa una inspectora (Chloé Muller) , que representa la idea del típico policía que cumple aparentemente su trabajo con dedicación, pero que en este caso tiene un interés especial en el tema- Añadamosle un fraile (Lucas) encargado del noviciado del ex convicto, y unos frailes que aceptan con reticencias la presencia de Beranger, al igual que el resto de los vecinos, y tenemos una trama en varias dimensiones que ha sido muy bien elaborada en esta serie.
La serie nos presenta el dilema de la doble moral en la sociedad. Por una parte, tenemos un sistema jurídico que busca la rehabilitación del condenado.Pero en este caso, un pederasta condenado por la muerte de varios niños, tiene derecho a rehabilitarse en la sociedad? No tiene derecho la sociedad a ver que un pederasta esté toda su vida en la cárcel? Qué es más importante, la seguridad o la libertad?
La serie intenta dar respuestas a estos dilemas con unas magníficas interpretaciones, fantásticos paisajes y una música acorde con el un ambiente gris. A destacar que no hay momentos para las risas, ni los niños ríen, todo está de acuerdo con el ambiente enrarecido que se vive en el pueblo desde al llegada de Beranger.
Muy recomendable y una agradable sorpresa.