Mediometraje del famoso director coreano Park Chan-wook, cuenta un relato trágico-cómico alrededor de la reclamación del cadáver de una muchacha, muerta tras un catastrófico terremoto, por dos padres diferentes.

El humor negro que destila la cinta contrasta y combina con la degradación social y moral de los personajes, sobre todo el de uno de los padres, un perdedor lleno de vicios. La fotografía en blanco y negro ayuda a recargar la triste atmósfera y el patetismo de los personajes.

Trabajo interesante, con destellos del buen cine que, en poco tiempo, hizo de Park Chan-wook un nombre a tener en cuenta por cualquier cinéfilo.