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Voto de Mataformigues:
10
7,1
39.380
Thriller. Drama
Susan Morrow (Amy Adams) es una galerista afincada en Los Ángeles que comparte una vida llena de lujos, aunque vacía, con Hutton Morrow (Armie Hammer), su segundo marido. Un día Susan recibe una novela escrita por su exmarido Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal), del que lleva años sin tener noticias. En una nota le pide que lea la novela inédita y que se ponga en contacto con él, pues se quedará unos días en la ciudad. Es de noche. ... [+]
13 de junio de 2017
548 de 577 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Sabéis estas películas que terminas de verlas y te dejan horas o días pensando en ellas? Pues esta película ya me tiene así desde hace seis meses, y sin miras de salirse de mi cabeza. Y es que encima, cuanto más pienso en ella, más y más me gusta.
Cuántas cosas podría decir de esta película, casi todas ya comentadas en otras críticas de esta página. Todo en ella me deslumbra: su desarrollo en tres planos argumentales, esas conexiones que usa para saltar de uno a otro, ese avasallamiento de detalles que enfatizan la trama (el corte en el dedo de Susan, el cuadro de REVENGE o el del fusilamiento, el momento bizarro del teléfono móvil, etc.), esas situaciones y diálogos raros que se dan en la novela, ESE PERSONAJE de Michael Shannon que se merecía el Oscar, esa estética de anuncio de Gucci, esa oscuridad que lo impregna todo, esa delicada suite de Korzeniowski (que ahora mismo estoy escuchando), esa desgarradora trama, esa sublime historia de una venganza perfecta. Sin dudas, ésta última, una de las mejores que habrá visto jamás el cine.
Pero si hay algo que de verdad me enamora de esta obra de arte es la forma en que la película habla. La forma en que te deja caer, a cuentagotas y sin darles más vueltas, diferentes aspectos de la vida de Susan (especialmente, ciertos asuntos relacionados con su hija y con su marido actual). Con todos los palos que se lleva el personaje, fácilmente podría montarse un drama con la protagonista empapadas en lágrimas y hundida en la depresión. Pero nada más lejos. Sin apenas hacerla hablar, el guion tan solo muestra a Susan y sus circunstancias, y es el espectador mismo quien realiza la introspección en el personaje. Es un magnífico guion que solo dice lo justo y resulta enormemente participativo. Como digo, lo que se suele llamar una obra de arte.
Y el final... por Dios, qué perfecto colofón para una historia que desde el principio y en cada detalle es sublime; se me ponen los pelos de punta cuando lo veo. Comentaré esto más en detalle en el spoiler.
En definitiva, encantado con lo que hace Tom Ford, y no puedo hacer más que agradecerle este regalo cinematográfico; espero que pronto podamos volver a verlo tras la cámara. De momento me queda la sensación de que Animales Nocturnos va a ser una de mis películas preferidas para el resto de mi vida.
Cuántas cosas podría decir de esta película, casi todas ya comentadas en otras críticas de esta página. Todo en ella me deslumbra: su desarrollo en tres planos argumentales, esas conexiones que usa para saltar de uno a otro, ese avasallamiento de detalles que enfatizan la trama (el corte en el dedo de Susan, el cuadro de REVENGE o el del fusilamiento, el momento bizarro del teléfono móvil, etc.), esas situaciones y diálogos raros que se dan en la novela, ESE PERSONAJE de Michael Shannon que se merecía el Oscar, esa estética de anuncio de Gucci, esa oscuridad que lo impregna todo, esa delicada suite de Korzeniowski (que ahora mismo estoy escuchando), esa desgarradora trama, esa sublime historia de una venganza perfecta. Sin dudas, ésta última, una de las mejores que habrá visto jamás el cine.
Pero si hay algo que de verdad me enamora de esta obra de arte es la forma en que la película habla. La forma en que te deja caer, a cuentagotas y sin darles más vueltas, diferentes aspectos de la vida de Susan (especialmente, ciertos asuntos relacionados con su hija y con su marido actual). Con todos los palos que se lleva el personaje, fácilmente podría montarse un drama con la protagonista empapadas en lágrimas y hundida en la depresión. Pero nada más lejos. Sin apenas hacerla hablar, el guion tan solo muestra a Susan y sus circunstancias, y es el espectador mismo quien realiza la introspección en el personaje. Es un magnífico guion que solo dice lo justo y resulta enormemente participativo. Como digo, lo que se suele llamar una obra de arte.
Y el final... por Dios, qué perfecto colofón para una historia que desde el principio y en cada detalle es sublime; se me ponen los pelos de punta cuando lo veo. Comentaré esto más en detalle en el spoiler.
En definitiva, encantado con lo que hace Tom Ford, y no puedo hacer más que agradecerle este regalo cinematográfico; espero que pronto podamos volver a verlo tras la cámara. De momento me queda la sensación de que Animales Nocturnos va a ser una de mis películas preferidas para el resto de mi vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Antes que nada, quería hacer un apunte. He visto por ahí que circulan teorías sobre que Edward no existe, que él y la madre de Susan son sus álter ego. Un usuario de FilmAffinity, quien a día de hoy encabeza el ranking de utilidad de las críticas de esta película, afirma que hay varios detalles que hacen pensar que Susan está "loca".
Pero no os confundáis: el argumento a mi parecer más relevante que el usuario señala para defender su tesis está equivocado. El marido de Susan no es quien dice «No sabía que tenías un exmarido.», sino una de sus compañeras del museo. Por el contrario, el marido de Susan dice «No sabía que tu exmarido escribía.», demostrando que sí sabe de su existencia.
A mi parecer, el que la película se moleste en presentar a la hija de Susan solo para hacerla aparecer en una escena de menos de un minuto y no volver a mencionarse ni saberse más de ella no es algo que debería extrañarnos. Como digo más arriba, esta película tan solo deja caer las cosas, y uno mismo hace el trabajo de sumarlas para construir el trasfondo del personaje. Si madre e hija apenas guardan relación, ¿para qué insistir en ello? Y el momento del susto en la pantalla del móvil no es más que una muestra de, por un lado, los efectos del insomnio en Susan, y por otro lado, su obsesión con la novela que está leyendo ¿Os habéis fijado en que la cara que aparece en la pantalla es la de Ray, el asesino (o sea, el reflejo literario de ella misma)?
No sé si la teoría de la "locura" de Susan será cierta, pero personalmente creo que no. Me gusta demasiado la historia tal y como la he entendido como para pensar en otra opción; pero bueno, para eso se inventaron las dobles interpretaciones, ¿no? Para quedarse con la que a uno más le gusta.
Volviendo al final. La primera vez que vi el final de la película, me pareció intachablemente correcto. Tras volver a verla, sin embargo, he entendido que es el único y perfecto final posible para la descarnada historia que se nos está contando.
En el momento de la escena que cierra la novela, se nos muestra muy gráficamente cómo Susan y Tony han pasado a ser uno, lo que implica que también lo son ella y Edward. Esto culmina en uno de los mejores clímax que conozco, aquel instante de catarsis total que se resume en un susurro proferido desde la bañera. «Edward...» La piel se me pone de gallina con ese simple susurro en mitad del silencio de un baño a oscuras, con todo lo que ello implica. En ese instante sabes que el plan maestro se ha obrado. Edward no solo ha conseguido transmitir a Susan, tantos años después, todo el dolor y el mal por el que ella le hizo pasar, sino que ha conseguido además tenerla en la palma de su mano. En ese momento, él podría hacer con ella lo que se le antojara. Podría asistir a la cita y hacer que vuelva a ser suya, deshacer lo que pasó aquel día y que se ha ido arrastrando durante veinte años; volver a ser lo que una vez fueron.
Pero ese no es el plan de Edward. El plan de Edward se llama venganza.
Por eso Edward no aparece en el restaurante. Edward no se conforma con hacer sentir a Susan lo que ella le hizo sentir: Edward quiere destruir a Susan. Y al pasar las horas y cerrar el restaurante, la mirada de Susan denota que lo ha entendido. Y entonces la pantalla se funde a negro y oímos la suite de Korzeniowski. Y entonces vengo a FilmAffinity y le dedico un merecido 10 a esta obra maestra.
Pero no os confundáis: el argumento a mi parecer más relevante que el usuario señala para defender su tesis está equivocado. El marido de Susan no es quien dice «No sabía que tenías un exmarido.», sino una de sus compañeras del museo. Por el contrario, el marido de Susan dice «No sabía que tu exmarido escribía.», demostrando que sí sabe de su existencia.
A mi parecer, el que la película se moleste en presentar a la hija de Susan solo para hacerla aparecer en una escena de menos de un minuto y no volver a mencionarse ni saberse más de ella no es algo que debería extrañarnos. Como digo más arriba, esta película tan solo deja caer las cosas, y uno mismo hace el trabajo de sumarlas para construir el trasfondo del personaje. Si madre e hija apenas guardan relación, ¿para qué insistir en ello? Y el momento del susto en la pantalla del móvil no es más que una muestra de, por un lado, los efectos del insomnio en Susan, y por otro lado, su obsesión con la novela que está leyendo ¿Os habéis fijado en que la cara que aparece en la pantalla es la de Ray, el asesino (o sea, el reflejo literario de ella misma)?
No sé si la teoría de la "locura" de Susan será cierta, pero personalmente creo que no. Me gusta demasiado la historia tal y como la he entendido como para pensar en otra opción; pero bueno, para eso se inventaron las dobles interpretaciones, ¿no? Para quedarse con la que a uno más le gusta.
Volviendo al final. La primera vez que vi el final de la película, me pareció intachablemente correcto. Tras volver a verla, sin embargo, he entendido que es el único y perfecto final posible para la descarnada historia que se nos está contando.
En el momento de la escena que cierra la novela, se nos muestra muy gráficamente cómo Susan y Tony han pasado a ser uno, lo que implica que también lo son ella y Edward. Esto culmina en uno de los mejores clímax que conozco, aquel instante de catarsis total que se resume en un susurro proferido desde la bañera. «Edward...» La piel se me pone de gallina con ese simple susurro en mitad del silencio de un baño a oscuras, con todo lo que ello implica. En ese instante sabes que el plan maestro se ha obrado. Edward no solo ha conseguido transmitir a Susan, tantos años después, todo el dolor y el mal por el que ella le hizo pasar, sino que ha conseguido además tenerla en la palma de su mano. En ese momento, él podría hacer con ella lo que se le antojara. Podría asistir a la cita y hacer que vuelva a ser suya, deshacer lo que pasó aquel día y que se ha ido arrastrando durante veinte años; volver a ser lo que una vez fueron.
Pero ese no es el plan de Edward. El plan de Edward se llama venganza.
Por eso Edward no aparece en el restaurante. Edward no se conforma con hacer sentir a Susan lo que ella le hizo sentir: Edward quiere destruir a Susan. Y al pasar las horas y cerrar el restaurante, la mirada de Susan denota que lo ha entendido. Y entonces la pantalla se funde a negro y oímos la suite de Korzeniowski. Y entonces vengo a FilmAffinity y le dedico un merecido 10 a esta obra maestra.