Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de edgar_33:
7
Thriller Tras presenciar un asesinato en un bar, los miembros de una banda de música punk son encerrados en una habitación del local por los autores del homicidio: una pandilla aterradora de neonazis que reivindican la supremacía blanca. Su líder es el dueño del bar (Patrick Stewart), un tipo que no quiere dejar testigos de lo sucedido.

28 de enero de 2016
73 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con los machaques constantes de remakes de terror, mis ganas de ver un film de dichas características disminuyen considerablemente año tras año. Un film puro de asesinos y víctimas necesita de una genial factura e imprevisibilidad. Harto de los slashers donde el asesino lleva una máscara andrajosa y todo se ve venir a quilómetros. O de los films de hechos sobrenaturales, posesiones y exorcismos, que pecan de topicazos y que la mayoría de ellos parecen absurdos. Si se pretende provocar miedo con el cine actual, o se realizan films que toquen temáticas más psicológicas o todo se va al traste sino hay una buena dirección y un montaje adecuado.

Green Room no es previsible ni imprevisible, no da tiempo ni a pensarlo. Es seca. Tajante. Si alguien abandona a su bando para irse con el contrario, no sabes si lo hace por emboscada o por traición. Balazo en la sien y adiós. Los skins no atienden a ningún tipo de racionalidad, atacan porque les encanta la violencia, así que la dirección busca el realismo y la crueldad de manera contundente. Posee un ritmo trepidante perfectamente estructurado que no permite desviar la mirada de la pantalla ni un segundo. El gore no falta a la cita y algunas escenas dan un poco de asco, pero tienen sentido dentro de lo que pretende ofrecer la película: ingenua banda de Punk-Rock vs. Skin-heads neonazis. Lógicamente habrá sangre. La inclusión de perros asesinos también aporta una tensión extra. En realidad, es como si los buenos lucharan contra dos equipos: los neonazis y los animales salvajes.

Importante el espacio donde suceden los hechos: un antro claustrofóbico con paredes deterioradas y muebles oxidados, con unas habitaciones pequeñas que sirven para amedrentar a cualquier visitante del recinto y a los espectadores del film. La puesta en escena cobra una importancia vital para que nos sintamos más intimidados por aquello que observamos. Las interpretaciones son muy buenas, teniendo en cuenta que se trata de un thriller/horror: Patrick Stewart lo borda como caudillo de los skinheads e Imogen Poots brilla en cada una de sus intervenciones.

Mis opiniones del cine de terror actual no darán un giro drástico después de Green Room; sigo pensando que continúan fabricándose una inmensa cantidad de películas de terror, de las cuales muchas son bodrios. Tampoco es que sea un género flexible con mucho que explotar, con la de cosas que se han hecho ya todo parece repetitivo. Volver al éxito de antaño es complicado, pero sin embargo, es posible que se realicen films de terror que aunque sean previsibles en argumento consigan ser brillantes en el apartado técnico. Espero que resurja y que las siguientes producciones sigan la estela de Green Room o Eden Lake.
edgar_33
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow