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Voto de Seori:
6
7,1
3.550
Ciencia ficción. Intriga. Drama
El banquero, Arthur Hamilton (John Randolph), está viviendo días grises al lado de su familia cuando comienza a ser incitado por un amigo al que creía muerto, para que visite a La Compañía, donde le propondrán un cambio total de aspecto físico con el que podrá rehacer su vida dejando atrás todo su pasado. Hamilton accede a la compleja cirugía estética, pero ¿le asegurará este cambio un futuro feliz?
15 de noviembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea es de sobresaliente, pero el desarrollo es algo insuficiente y alguno de los giros argumentales previsibles. Pero sea como sea, es una película interesante, con una premisa muy innovadora, estamos hablando de 1966, y merecedora de ser vista al menos una vez.
La película no trata tanto de ser una oda al conformismo, sino una crítica al no dar importancia a los pequeños detalles y valorar lo que ya tenemos (que no es lo mismo), y sobretodo al buscar con avidez una suerte de "nueva vida" mediante un cambio radical, porque no es realista, no es posible. Esto lo representa el protagonista, Hamilton, el cual es un tipo con una vida rutinaria -con todas las distracciones y convenciones sociales que ello acarrea-, y que está extremadamente sumergido en su trabajo de ejecutivo y en lo que le enseñaron que era lo importante (llegar a ser algo). Y el pobre va y se lo cree.
A través de una llamada de un viejo amigo que lo suponía muerto, acaba en una compañía que le ofrece un "renacimiento"; una nueva vida, con un nuevo cuerpo y con la aparente libertad de proporcionarle la vida que él ansiaba.
Las interpretaciones son todas más que decentes, con mención especial a Rock Hudson, y las conversaciones y la fotografía un mero reflejo de lo que intenta decir y representar la película.
Sigo en spoiler desvelándo cosas importantes de la trama.
La película no trata tanto de ser una oda al conformismo, sino una crítica al no dar importancia a los pequeños detalles y valorar lo que ya tenemos (que no es lo mismo), y sobretodo al buscar con avidez una suerte de "nueva vida" mediante un cambio radical, porque no es realista, no es posible. Esto lo representa el protagonista, Hamilton, el cual es un tipo con una vida rutinaria -con todas las distracciones y convenciones sociales que ello acarrea-, y que está extremadamente sumergido en su trabajo de ejecutivo y en lo que le enseñaron que era lo importante (llegar a ser algo). Y el pobre va y se lo cree.
A través de una llamada de un viejo amigo que lo suponía muerto, acaba en una compañía que le ofrece un "renacimiento"; una nueva vida, con un nuevo cuerpo y con la aparente libertad de proporcionarle la vida que él ansiaba.
Las interpretaciones son todas más que decentes, con mención especial a Rock Hudson, y las conversaciones y la fotografía un mero reflejo de lo que intenta decir y representar la película.
Sigo en spoiler desvelándo cosas importantes de la trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El protagonista, en su "segunda vida" intenta centrarse en una vida menos material y buscar la felicidad mediante el impulso creativo y el relieve estético, pero eso no arregla la monotonía de la vida, así como el hecho de irse a otro lugar no deja atrás tu antigua vida o pasado, ni tener una nueva cara tu antiguo yo. Frankenhaimer, durante el desarrollo de la historia nos dice que ni siquiera se puede aspirar a vivir una vida en que la totalidad de las decisiones que aparentemente toma uno mismo sean realmente propias.
Y el final del filme representa, con su pesimismo evidente, que la única escapatoria de la vida y la única manera de ser totalmente libre es la muerte.
En ese momento, por medio de la agonía del protagonista cuando van a darle matarile, también nos dice que por mucho que odiemos la vida, siempre (o casi siempre) abogaremos por intentar cambiarla, es decir, poner algunos parches y seguir adelante, porque triste y presumiblemente nunca se está del todo preparado para morir, por muy miserable que sea nuestra vida. Porque como organismos vivos -por puro instinto de supervivencia- haremos todo por sobrevivir. Una especie del conato sobre el que teorizó Schopenhauer.
Y el final del filme representa, con su pesimismo evidente, que la única escapatoria de la vida y la única manera de ser totalmente libre es la muerte.
En ese momento, por medio de la agonía del protagonista cuando van a darle matarile, también nos dice que por mucho que odiemos la vida, siempre (o casi siempre) abogaremos por intentar cambiarla, es decir, poner algunos parches y seguir adelante, porque triste y presumiblemente nunca se está del todo preparado para morir, por muy miserable que sea nuestra vida. Porque como organismos vivos -por puro instinto de supervivencia- haremos todo por sobrevivir. Una especie del conato sobre el que teorizó Schopenhauer.