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Voto de DeWittMAD:
6
Serie de TV. Drama La conquista de México. Cada episodio está contado por alguien que conoció de cerca al conquistador Hernán Cortés. ¿Cómo pudo un hombre, con unos cuantos cientos de soldados, someter a un imperio de guerreros en la cima de su gloria? 'Hernán' es la respuesta.
23 de noviembre de 2019
64 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conquista de México es una de las grandes aventuras que sigue sin un relato en el cine a la altura de su terrible grandeza. En 1519 la América española estaba compuesta por las cuatro grandes islas antillanas (Cuba, Jamaica, Puerto Rico y la Española), muy escasamente pobladas y que -ajustadamente- podían ya autoabastecerse. Desde ellas, algunos aventureros habían recorrido la costa norteamericana y brasileña y habían llegado al Pacífico. Pero en tierra firme no se habían fundado ciudades y muchos pensaban que el plan seguía siendo encontrar la ruta a las verdaderas Indias de las especias.
En dos años, Cortés y sus 800 hombres habían conquistado Tenochtitlan, una asombrosa ciudad de 250.000 habitantes construida sobre un lago, con canales y puentes y un mercado en el que cada día comerciaban unas 40.000 personas de toda la región. En cuatro años más se crearía el Virreinato de la Nueva España, que ocupaba casi toda Centroamérica, el actual México y parte del sur de los actuales EEUU. Después Pizarro se lanzaría al Perú y el resto es bien conocido. Cortés lo cambió todo.

Me senté a ver la serie con esperanzas. Y durante 3 ó 4 capítulos no terminaron de derrumbarse. Las cosas parecían más equilibradas que de costumbre. Las motivaciones de los españoles no son solo las de siempre: oro, sexo y violento fanatismo religioso. Algunos parecen interesados en servir a su rey o a su religión y tratan de hacer lo que les parece correcto. Por otra parte, la brutalidad de los sacrificios humanos y de la dictadura de los mexicas sobre sus vecinos queda también muy clara. También se reflejan detalles históricos interesantes y poco habituales, como el modo en que Cortés reafirma jurídicamente su mando y su autonomía en la expedición. Además, algunos valores de producción están a la altura. La ciudad de Tenochtitlan es impresionante. Moctazuma tiene algo de sentido. Y el Cortés de Óscar Jaenada no me pareció muy mal, aunque no terminara de convencerme.

Pero todo se ha desmontado cuando los guionistas han perdido la fe en el potencial de la aventura y se han despeñado por la vía de los tópicos y la corrección político-afectiva contemporánea. Y no me refiero a la leyenda negra, que está aquí bastante contenida. Casi todos los capítulos de la segunda mitad son patéticos y -lo que es peor- muy aburridos. No entiendo la necesidad de inventar escenas de amor o sexo, tormentos psicológicos, empoderamientos femeninos o traumas juveniles que no son históricos y atascan la narración dejándola sin tiempo para desarrollar la épica.

En fin, una pena. Y me duele más que otras veces, porque creo que la intención era buena y que había mimbres para haber hecho algo memorable. Habrá que seguir esperando.
DeWittMAD
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