Se mete Bigas Luna en "Volavérunt" en un terreno que no le es nada propicio: la reconstrucción histórica del posible envenenamiento de la duquesa de Alba, aquella a la que se atribuye el cuerpo de la legendaria pintura de Goya "La maja desnuda" (esto depende de las versiones, igual que la que aquí se da de la muerte de la duquesa). Y le sale, al irregular hasta lo indecible, de Luna, una mala película. Tal cual. Y lo peor de ella no es que sea fallida esa reconstrucción o que no convezca la altura artística expresada en la obra. Lo peor son los enormes fallos, baches y demás familia que presenta la película. Así, una dirección de actores lamentables acarrea penosos trabajos de Mollá o Perugorría (el cubano tiene una suerte espantosa con Luna; recuérdese "Bámbola"), mediocres de Aitana o Penélope, e inexistentes en los demás casos. Así, el guión resulta un refrito que va y viene sin sentido, lamentable, que hacen insoportables los últimos cuarenta y cinco minutos del film. Así, hay una falta de ritmo y de acción en la película que si todavía fuera para lograr algún empaque artístico clásico o academicista (por ejemplo) pues vaya, pero que no vale sino para atestiguar la profunda oquedad y ridiculez de lo que desfila por la pantalla. Así, "Volavérunt" se alinea gloriosamente en la orilla de los bodrios de Luna ("Bámbola", "Lola", "Huevos de oro"...), cuando este cineasta valenciano es capaz de hacer grandes, inquietantes, al menos, respetables películas ("Bilbao" -una joya-, "Caniche" -magnífica-, "Angustia" -inquietante y sólida-...). ¿Por qué no logra ese término medio?. Preguntéselo a él. Quizás no le interese.