Uno de los más sólidos y defendibles giallos realizados, que actualmente se puede seguir con total soltura e interés. La historia de una serie de crímenes cometidos sobre unas jovencitas de una escuela, en la que se ve involucrado/investigado un profesor (Testi) al ser el amante de una de ellas (la española Galbó). El modus operandi se ejecuta nada menos que acuchillando la vagina de la víctima, en una sustitución terrible del cuchillo en lugar del falo, en un posible sentido misógino, antimaterial, castigador de lo pecaminoso.
La trama adopta la forma de un policiaco y resulta convincente en el planteamiento y desarrollo, con sorpresa final. El personaje de Solange no aparece hasta pasada la hora de metraje. Dallamano consigue tensión y ritmo para jugar con el espectador y conforman un buen número de sospechosos habituales (todos los profesores de la escuela).
Desarrollada en Londres, con fotografía del posterior director/erotómano Joe D´Amato, usa bien el morbo, el voyeurismo y el tono cándido/romàntico con la turbiedad del sexo entre adultos y prácticamente lolitas.
Estupenda la secuencia de la bañera, es un título muy notable de la última etapa del giallo italiano dónde flota una moralidad repelente (papel clave de la Iglesia) y viscosa, dónde se utilizan bien los polos opuestos de la censura y la prohibición frente al deseo, de la virginidad y la pureza frente a la sexualidad. Música de Morricone, notables actuaciones actorales con nuestra Cristina Galbó estupenda y un trabajo excelente de Dallamano, llevando con pulcritud y precisión un argumento clásico sin caer nunca en lo excesivo.