Una de esas apetecibles comedias a la italiana, centrada en las dificultosas relaciones de pareja, y en el inevitable demonio de los celos, dónde un excelente reparto de la talla para que el eficaz Pietrangeli obtenga un film tan divertido como liviano, quizás un pelín largo.
La belleza de Claudia Cardinale vuelve a ser algo extraordinario y la parte del sueño en el que aparece con un sensual vestido negro es de un erotismo abrasador y formidable. Recomendable, se conserva medianamente bien.