Los Peeples, por desgracia, no llega a tener más interés que esas comedietas archiconocidas americanas que tratan de la unión de dos mundos tan dispares. En este caso, novia de familia recia y de nuevo abolengo que presenta a su inclasificable novio.

La película empieza tomando un cariz diferente a sus homónimas, ya que los personajes –a priori- parecen interesantes y están muy bien definidos social y culturalmente, pero incapaz de sostener estos personajes a lo largo del metraje, opta por la inmediatez de perderse en los chistes y situaciones de siempre.

Qué pena que ese intento de penetrar y descubrir a una familia de alto abolengo social, tradicional y consolidada en sus creencias no llegue a nada, pero es curioso ver cómo la directora intenta mostrar el hermético background de la familia tradicionalmente perfecta y triunfadora, cerrada a cal y canto ante terceros. Por momentos parece que puede ser una película interesante, pero a no más de medio metraje todo se cae al suelo, lo recogen y te lo dan a degustar de la manera más sencilla y aséptica posible, como no podía ser de otra forma. Otra vez, ¿será?.