Glenn Ford nos regala en éste estupendo western uno de los grandes atormentados del cine . Retirado en Cross Creek un pueblo tan pequeño que no tiene ni sheriff , es textual y trabajando de tendero queriendo olvidar su pasado de pistolero como le ha prometido a su mujer interpretada por una una guapísima Jeanne Crain .Un día y ayudado por el alcohol hace una demostración de su rapidez con el revólver al perforar a la vez dos dólares de plata en el aire y ésa será en principio su perdición . La acción se va desarrollando paralelamente en dos partes , por una las fechorías de la banda con un malisimo Broderick Crawford y por otra la vida en el muy religioso pueblo dónde huyendo de sus crímenes irán a parar los bandidos y asesinos . Pero hay un detalle final nada baladí que trastocará los planes de las dos partes . El personaje de Crawford ha oído que hay un hombre más rápido que él dentro de la iglesia en el sermón dominical y eso no lo puede dejar escapar . El final hay que verlo es rocambolesco . La película está muy bien narrada escrita y filmada . Es un western que debería estar escrito con letras doradas en la historia de Hollywood y por las críticas de mis compañeros veo que no soy el único que así piensa.