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Críticas de Lorena MartínSa
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
5
14 de diciembre de 2019
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Legado en los Huesos comienza señalando el embarazo de la inspectora Amaia Salazar y presentando el caso que, se supone, le llevará de cabeza: el suicidio de varios hombres y la palabra misteriosa que escriben antes de morir, “Tarttalo”. A partir de ahí, todo se descontrola.

El guion avanza de manera atropellada en un intento de condensar y dotar de velocidad la investigación de la inspectora y su equipo. Los personajes llegan a deducciones obvias a través de pruebas que parecen surgir de la nada y que les hacen saltar de escenario en escenario guiados por motivos que solo ellos y los lectores del libro deben comprender.

Aunque a nadie parece extrañarle, la investigación tarda muy poco en llevar a Amaia Salazar de vuelta al pueblo en el que vive su familia. Una vez allí, las pesquisas se centran en la salud mental de su madre, ingresada en un centro propiedad del Padre Sarasola (Imanol Arias), y en las desconcertantes prácticas que ella llevó a cabo años atrás. El caso policial y los problemas familiares de la inspectora se unen entonces formando un nudo con poco sentido al que todavía tienen que sumarse los mitos y leyendas del lugar.

Las dudas, de nuevo, para todo aquel que llegue por primera vez al mundo de Dolores Redondo, brotan sin remedio y sin obtener respuesta. Basta de ejemplo el juez Markina, al que Salazar siempre acude y que intenta, constantemente, un inquietante acercamiento a ella. Dentro de cada escena juntos la inspectora es consciente de lo que ocurre, el juez es consciente de lo que ocurre, y el espectador, con los ojos bien abiertos e intentando descifrar cada plano, está absolutamente perdido. Los minutos pasan, los personajes se encuentran, Legado en los Huesos acaba y no se resuelve absolutamente nada.

Algo parecido ocurre con la relación entre Amaia Salazar y James, su marido. Su conflicto es visible desde la primera parte del metraje y lo arrastran durante toda la película pero siempre en un segundo plano. A pesar de acercar posturas, literalmente, hacia la mitad de la película, su relación cae en picado justo antes del desenlace y, misteriosamente, después desaparece. Lo que sin duda será una subtrama bien elaborada en el libro original de Legado en los Huesos, en la pantalla se traduce por unas pocas escenas desdibujadas que poco aportan a la narración.

Llegado el momento del desenlace, el ritmo de la película se anima para terminar echando por tierra el último atisbo de emoción. La inspectora Salazar se enfrenta a la previsible lucha final con pocas ganas y menos acción mientras el espectador, desde su butaca, pierde la esperanza.

Lo que en un principio parecía un interesante thriller oscuro para amantes de los mitos y el folclore se pierden entre diálogos literarios, descubrimientos apenas atractivos y un mar de preguntas para los que quizá no tengan más remedio que acudir a los libros o relegar Legado en los Huesos al olvido.
Lorena MartínSa
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9
29 de noviembre de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de leer la sinopsis, la recién adquirida nueva serie de Filmin, ‘The Accident’, ya tiene buena pinta. En uno de los carteles de la ficción, tres mujeres encabezan una manifestación que clama “justicia” según sus pancartas. “Queremos la verdad”, se lee en otra. Y así, de entrada, compramos.

La serie «The Accident» es un drama británico que llega a España en primicia a través de Filmin (como el mejor estreno de la historia de la plataforma) después de cosechar un enorme éxito en Reino Unido. Jack Thorne, con innumerables premios a sus espaldas, es el creador de esta miniserie de cuatro capítulos tremendamente inglesa.

Polly, la mujer que lidera el cartel, es la esposa del político local de la pequeña ciudad de Glyngolau. Un grupo de adolescentes dirigidos por su hija se cuelan en las obras de una gran construcción, que se derrumba con ellos dentro.

La familia de Polly es la primera que conocemos cuando nos sentamos frente a ‘The Accident’. Polly Bevan, interpretada por una siempre eficaz Sarah Lancashire, tiene una peluquería; su hija Leona de catorce años un chico nuevo en su cama y su marido, Iwan, un disfraz de plátano gigante. En base a la presentación de cada uno de ellos nos creamos, como buen espectador, una idea ‘pelín’ preconcebida sobre sus personalidades; nos equivocamos.

Al margen de la curiosidad que nos invade por saber qué se ocultaba tras la construcción de este gran edificio, una premisa ya de por sí seductora, el golpe de interés aparece sin avisar cuando profundizamos en los personajes. ¿Qué hace a las personas mostrarse tal y como son? El drama. Y el drama se ceba con Glyngolau sin una pizca de tacto abriéndonos la ventana para conocer los más oscuros secretos de sus vecinos.

No necesitas darle una segunda oportunidad y obligarte a ver el siguiente capítulo, desde el primer episodio ya estás atrapado. En él no hay llantos incontrolables de padre destrozados, ni escenas de manual para crear tensión, ni música de violines para llenar el silencio. Hay algo diferente en la manera de tratar el drama que te mantiene con los ojos en la pantalla desde que te das cuenta que nada va a suceder como esperabas.
Lorena MartínSa
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6
15 de febrero de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza El escándalo con Charlize Theron, en el papel de Megyn Kelly, haciendo un tour por las dependencias de la Fox. Como si fuera un reportaje, Megyn habla a cámara sentando así las bases narrativas de la película que utilizará, además, la voz en off de las protagonistas para complementar el relato.

Durante todo el metraje, la cámara sigue a Gretchen Carlson (Nicole Kidman), Kayla Pospisil (Margot Robbie) y Megyn Kelly en continuo movimiento acercando el espectador a la historia, haciéndole formar parte de ella. En momentos puntuales de tensión el movimiento se hace más brusco. Así, Jay Roach (director) pone distancia entre su audiencia y la ficción recordándole que ahí hay una cámara, que esto no es un documental.

Tras media película conociendo las vidas de las tres protagonistas y su relación con el fundador de la Fox, apenas ha aparecido un Roger Ailes que, sin embargo, con un par de frases, ha quedado rápidamente retratado. Charles Randolph, guionista de El escándalo, lo ha hecho bien: antes de la primera escena de acoso sexual ese tipo ya no es un misterio para nadie.

El ascenso al poder es lento pero la caída es en picado y, aunque Roger Ailes no tardó mucho en convertirse en una marca de éxito, las denuncias de Gretchen Carlson pronto empezaron a generar una bola imparable que le estalló en la cara al magnate. Lo mismo le sucede a la película. La presentación de las tres mujeres, sus historias y su relación con Ailes se comen la primera parte del metraje, así, para cuando la bomba explota todo se precipita.



FEMINISMO, PERO NO FEMINISTA

Como sus nombres ya predecían, Theron y Robbie hacen un gran papel. La primera, interpretando a la periodista que en 2015, durante un debate televisado, se enfrentó a Donald Trump por sus comentarios machistas. La segunda, en la piel de uno de los pocos personajes ficticios de la película pero de mucha utilidad, pues, a través de los ojos de Kayla Pospisil, el espectador conoce de primera mano los abusos que las periodistas más veteranas denuncian. Kayla es una joven reportera con las mismas ambiciones que Ailes utilizó en beneficio propio cuando, años atrás, Gretchen Carlson y Megyn Kelly llegaron a la Fox dispuestas a demostrar su valía.

Al introducir el personaje de Margot Robbie en la trama, el guionista de El escándalo pone sobre la mesa las diferencias y similitudes entre estas periodistas que representan el presente, pasado y futuro del historial de acoso sexual del fundador de la Fox. A través de la voz de la más joven reprocha a sus compañeras su silencio y se replantea la importancia de las prioridades morales frente a los sueños.

Theron tiene gran peso tanto en la trama como en el rodaje de la película y plantea otra de las principales cuestiones, el feminismo. A pesar del enfrentamiento entre su personaje y Donald Trump por sus comentarios sexistas, la periodista es firme en declararse no feminista durante este preludio del #MeToo originado en un entorno conservador, lo que deja el debate abierto: ¿está el feminismo ligado a una única ideología?



MAQUILLAJE NO QUITA VERDAD

Además del duro camino al que Gretchen Carlson se enfrenta cuando acusa a Roger Ailes, El escándalo se toma un momento para contar no solo la lucha entre abogados, sino también el daño moral al que se exponen las mujeres que se atreven a levantar la voz contra esos abusos. «No denuncias a tu puto jefe», dice la veterana periodista, porque tal vez eso te marque el resto de tu carrera, porque dirán que solo querías dinero, porque nadie te creerá.

Mención aparte merece el maquillaje de la película, concretamente la brillante caracterización de John Lithgow como Roger Ailes. Ya ganadores del Oscar a Mejor Maquillaje y Peinado de 2020, Kazuhiro Tsuji (ganador también en 2018 por la caracterización de Gary Oldman como Winston Churchill en La hora más oscura), Anne Morgan y Vivian Baker hacen un trabajo impecable.



LA SERIE DEL ESCÁNDALO: LA VOZ MÁS ALTA

El escándalo no es la primera ficción que narra la historia de Roger Ailes en la Fox. Basada en el libro La voz más alta en la habitación, de Gabriel Sherman, La voz más alta es una miniserie de televisión estrenada en 2019 con Russell Crowe en el papel de Roger Ailes que se centra en la última década del magnate como peso pesado de la cadena televisiva.

Llama la atención, en algunos detalles, la representación de Ailes en esta serie en comparación a la película estrenada unos meses después. Aunque en ambas muestra un fuerte carácter, su entorno varía por las licencias creativas que directores, guionistas y productores deciden tomarse. Así, en una misma discusión entre Roger Ailes y uno de los hijos de Murdoch, Ailes sale victorioso en la serie de ficción y pierde en la película.

James y Lachlan Murdoch, como Elizabeth Tilson (mujer de Roger Ailes), son claramente diferentes también en ambas ficciones según la imagen que los creadores decidieron construir en torno a Ailes. Los hermanos Murdoch, presuntuosos y con pocas luces en La voz más alta, apenas sueltan palabra en El escándalo. Elizabeth Tilson, clasista y engreída en El escándalo, es una mujer amable y tierna en la serie.
Lorena MartínSa
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6
25 de noviembre de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iván, de seis años, llama a su madre desde una playa francesa en la que está completamente solo. Lo último que Elena escucha es la voz asustada de su hijo huyendo de un desconocido que le persigue.

Así comienza Madre, el corto de Rodrigo Sorogoyen que se alzó con el Goya al Mejor Cortometraje de ficción en 2018 y que, un año después, se estrena convertido en película.

El director de El reino y Que Dios nos perdone arranca el largometraje con un salto temporal de diez años. Elena, sumida aún en su gran pérdida, se ha mudado a la playa en la que su hijo desapareció, donde trabaja sin más motivación que sobrevivir.

Cuando se hace amiga de Jean, un adolescente parisino, establece con él una conexión que le despierta de su anodina vida.

Durante más de dos horas de metraje centrado exclusivamente en ella, Marta Nieto hace una grandísima interpretación de Elena, una mujer ahogada en la ausencia y en el mar que le rodea. Su pesar circula entre escenas en las que, con gestos muy sutiles, se entrevé un carácter fuerte, inquieto y sensible marcado por el dolor y la nostalgia.

Madre podría haber sido solo una mujer aferrándose a un chaleco salvavidas condenado a desinflarse si su director no hubiera saltado sin paracaídas. Sorogoyen mantiene el estilo del cortometraje con planos abiertos y muy largos, en contraste con los detalles ralentizados que, curiosamente, le dan un toque de ritmo a una narración en ocasiones pesada.

El paisaje, del que Elena ya forma parte, sumado a los movimientos de cámara casi fantasmales y a una casi inexistente música, crean una atmósfera intimista y profunda muy alejada de la tensión del cortometraje que fue su origen. La manera de narrar es la misma, pero la angustia que el director construye en los primeros quince minutos (los que corresponden al corto) se disipan rápidamente y no se vuelve a oler hasta el final de la película.

La voz de Iván al otro lado del teléfono y el terror de una madre a más de mil kilómetros de él hicieron del cortometraje de Sorogoyen una historia tremendamente interesante que, una vez convertida en película, pierde fuelle, tensión e interés.

Aun así, el director aborda este drama con una técnica impecable, desarrolla una historia contraria a lo que el espectador espera y deja su marca en esta primera película intimista, muy diferente a sus anteriores largometrajes, pero con la misma esencia.
Lorena MartínSa
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