Un musical donde no hay números musicales durante más de media hora, donde las canciones no tienen nada que ver con la historia, donde los protagonistas cantan y bailan "regular". La chica no me disgusta, es la Penny de Big Bang pero en serio: quiere ser actriz y trabaja de camarera y le van diciendo que no en las audiciones pero ahí sigue, al pie del cañón, con sus compañeras de piso, que si llegan a ser muñecas de poliespam, habriá dado lo mismo. El tipo, es un pianista fanático del Jazz que está contratado en un bar para tocar villancicos y le echan porque se pone a improvisar lo que le gusta. Pero resulta que la canción más importante de la película la podría tocar yo con el mítico Casio PT-1. Es de risa. Luego se une a regañadientes a un grupo de Gilipop-Jazz que crea un conocido y la canción que tocan en un concierto es para mear y no echar gota. Muy mal, señores.

El primer número, que toca de refilón en lo que es la trama, no hay por donde cogerlo. El primer número es la clave para que el musical enganche, y para eso necesita fuerza, como el All that Jazz de Chicago, por ejemplo, o introducirte en la historia con elegancia, como en West Side.

Lo único que la salva, para mí, cuando de verdad tocan Jazz. En resumen: muy floja.